CIUDAD DEL VATICANO, 20 OCT 2006 (VIS).-Se publica hoy el Mensaje anual para todos los musulmanes con motivo del final del Ramadán, elaborado por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Lo firman el cardenal Paul Poupard y el arzobispo Pier Luigi Celata, respectivamente presidente y secretario de ese dicasterio. El tema de este año ('Id al-Fitr 1427 E /2006 D.C.) es: "Cristianos y musulmanes, en diálogo confiado para afrontar juntos los retos del mundo".
Siguen extractos del documento, publicado en inglés, francés, italiano y árabe:
"Es hermoso poder compartir con vosotros este momento significativo en el ámbito de nuestras relaciones de diálogo. Las circunstancias particulares que acabamos de afrontar juntos, muestran también que, si a veces el camino de un diálogo auténtico puede ser arduo, es en cambio cada vez más necesario".
"El mes de Ramadán que habéis vivido ha sido también un tiempo de oración y reflexión sobre la difícil situación que atraviesa nuestro mundo. Aunque vemos las cosas buenas y damos por ellas gracias a Dios, es imposible no constatar los graves problemas que atenazan a nuestra época: la injusticia, la pobreza, las tensiones y conflictos internos a los países, pero también entre ellos. La violencia y el terrorismo constituyen una plaga particularmente dolorosa. (...) ¡Cuanta destrucción en pocos minutos de lo que se ha tardado tantos años en construir, a menudo a costa de muchos sacrificios!".
"Como cristianos y musulmanes, ¿no estamos llamados en primer lugar a ofrecer nuestra aportación específica a la solución de esta grave situación y de estos problemas tan complejos? Está en juego, probablemente, la credibilidad de las religiones, pero también la de los líderes religiosos y la de todos los creyentes. Si no nos comportamos como creyentes, muchos se interrogarán sobre la utilidad de las religiones y sobre nuestra coherencia como hombres y mujeres que se postran ante Dios.
"Nuestras dos religiones conceden mucha importancia y espacio al amor, la compasión y la solidaridad. (...) Recordando esto, la encíclica (Deus caritas est n.d.r.) subraya la importancia de la caridad fraterna en la misión de la Iglesia: el amor para ser creíble, tiene que ser concreto (...) El amor debe ponerse al servicio de la vida cotidiana, pero también debe buscar soluciones justas y pacíficas a los graves problemas que aquejan al mundo".
"Allí donde podamos trabajar juntos, no lo hagamos separados. El mundo, y nosotros con él, tiene necesidad de cristianos y musulmanes que se respeten, se estimen y ofrezcan el testimonio de amarse y de actuar juntos por la gloria de Dios y el bien de todos los seres humanos. (...) Será una importante aportación para restablecer y reforzar la paz dentro de las naciones y entre los pueblos".
CON-DIR/RAMADAN/POUPARD:CELATA VIS 20061020 (460)
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