CIUDAD DEL VATICANO, 27 SEP 2006 (VIS).-Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles al apóstol Tomás. La audiencia se celebró en la Plaza de San Pedro y contó con la presencia de 30.000 personas.
La personalidad de Tomás se caracteriza, explicó el Papa, "por su determinación en seguir al Maestro" y puso como ejemplo la exhortación del apóstol a sus compañeros a acompañar a Jesús a Jerusalén sabiendo cual era el peligro que corrían. Esta determinación "revela la disponibilidad total en la adhesión a Jesús hasta identificar la propia suerte con la suya. (...) La vida cristiana se define como una vida (...) que se transcurre junto a Jesús".
Tomás interviene también en la Última Cena, cuando pregunta a Cristo qué camino deben tomar para compartir su destino porque no lo conocen, y Jesús le responde: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". "Cada vez que escuchamos o leemos estas palabras -dijo el Santo Padre- podemos sentirnos idealmente al lado de Tomás e imaginar que el Señor nos habla así como le habló. Al mismo tiempo su pregunta nos confiere el derecho, por decirlo así, de pedir explicaciones a Jesús. Expresamos así la limitación de nuestra capacidad de entendimiento, pero al mismo tiempo adoptamos la actitud confiada de quien espera luz y fuerza de quien puede dárselas".
La escena más conocida de Tomás es la de su incredulidad, cuando el apóstol dice a Jesús resucitado que no lo reconocerá si no mete la mano en la llaga de su costado. "En el fondo de estas palabras brota la convicción de que Jesús sea ya reconocible no tanto por el rostro sino por las llagas. Tomás piensa que los signos de identidad de Jesús sean sobre todo las llagas, que revelan hasta qué punto nos amó. En esto el apóstol no se equivocaba".
"El caso del apóstol Tomás -subrayó Benedicto XVI- es importante para nosotros por tres razones: nos consuela en nuestra inseguridad (...), nos demuestra que cualquier duda puede llegar a una solución luminosa más allá de cualquier incertidumbre (...) y porque las palabras que Jesús le dirige nos recuerdan el sentido verdadero de la fe madura y nos alientan a proseguir, a pesar de las dificultades, en nuestro camino de adhesión a su persona".
AG/TOMAS/... VIS 20060927 (390)
La personalidad de Tomás se caracteriza, explicó el Papa, "por su determinación en seguir al Maestro" y puso como ejemplo la exhortación del apóstol a sus compañeros a acompañar a Jesús a Jerusalén sabiendo cual era el peligro que corrían. Esta determinación "revela la disponibilidad total en la adhesión a Jesús hasta identificar la propia suerte con la suya. (...) La vida cristiana se define como una vida (...) que se transcurre junto a Jesús".
Tomás interviene también en la Última Cena, cuando pregunta a Cristo qué camino deben tomar para compartir su destino porque no lo conocen, y Jesús le responde: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". "Cada vez que escuchamos o leemos estas palabras -dijo el Santo Padre- podemos sentirnos idealmente al lado de Tomás e imaginar que el Señor nos habla así como le habló. Al mismo tiempo su pregunta nos confiere el derecho, por decirlo así, de pedir explicaciones a Jesús. Expresamos así la limitación de nuestra capacidad de entendimiento, pero al mismo tiempo adoptamos la actitud confiada de quien espera luz y fuerza de quien puede dárselas".
La escena más conocida de Tomás es la de su incredulidad, cuando el apóstol dice a Jesús resucitado que no lo reconocerá si no mete la mano en la llaga de su costado. "En el fondo de estas palabras brota la convicción de que Jesús sea ya reconocible no tanto por el rostro sino por las llagas. Tomás piensa que los signos de identidad de Jesús sean sobre todo las llagas, que revelan hasta qué punto nos amó. En esto el apóstol no se equivocaba".
"El caso del apóstol Tomás -subrayó Benedicto XVI- es importante para nosotros por tres razones: nos consuela en nuestra inseguridad (...), nos demuestra que cualquier duda puede llegar a una solución luminosa más allá de cualquier incertidumbre (...) y porque las palabras que Jesús le dirige nos recuerdan el sentido verdadero de la fe madura y nos alientan a proseguir, a pesar de las dificultades, en nuestro camino de adhesión a su persona".
AG/TOMAS/... VIS 20060927 (390)
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