CIUDAD DEL VATICANO, 8 SEP 2006 (VIS).-El nuevo embajador de Chile ante la Santa Sede, Pedro Pablo Cabrera Gaete, presentó hoy sus cartas credenciales al Santo Padre, que elogió en su discurso "la cercanía espiritual del pueblo chileno al Sucesor de Pedro, labrada a lo largo de la historia en concomitancia con la continua labor de la Iglesia a través de sus miembros e instituciones".
El Papa recordó que Chile se aproxima a su bicentenario como república "con las esperanzas que nacen de un periodo particularmente significativo, en el cual se han logrado metas de desarrollo notables, se han ido consolidando las Instituciones y parece prosperar el clima de una convivencia pacífica", y subrayó que "esos factores, así como la apertura a horizontes que van más allá de los propios confines, son ciertamente motivo de satisfacción, y también un nuevo llamado al sentido de responsabilidad, para mantener vigorosos los más altos ideales que dan vida a todo verdadero progreso y, a la larga, lo hacen posible".
"A este respecto -prosiguió el Santo Padre- la Iglesia cumple su misión anunciando el Evangelio de Cristo, proyectando su luz sobre las realidades del mundo y del ser humano, proclamando por ello su más alta dignidad" y "comparte los anhelos de una justicia que no se vea mermada por el insuficiente respeto de la dignidad del hombre y los derechos inalienables que de ella se derivan".
"Entre ellos cabe mencionar -prosiguió- el derecho a la vida en todas las fases de su desarrollo o en cualquier situación en que se encuentre, (...) el derecho a formar una familia, basada en los vínculos de amor y fidelidad establecidos en el matrimonio entre un hombre y una mujer, y que ha de ser protegida y ayudada, (...) el derecho primario a educar a los hijos según los ideales con los que los padres desean enriquecerlos".
"La querida Patria chilena -observó el Santo Padre- cuenta con abundantes recursos históricos y espirituales para afrontar el futuro con fundadas esperanzas de alcanzar nuevas metas de humanidad, contribuyendo así a favorecer también en el concierto de las naciones vínculos de cooperación y convivencia pacífica".
El Papa concluyó recordando a los santos de Chile Teresa de los Andes y al padre Alberto Hurtado, auspiciando que "los muchos dones que el Creador ha otorgado en la naturaleza a los hijos e hijas de Chile" siguieran "dando frutos que abran un futuro más próspero a las nuevas generaciones" para que "sean amantes de la paz y tengan un sentido trascendente de la vida, acorde con las seculares raíces cristianas del País".
CD/CREDENCIALES/CHILE:CABRERA VIS 20060908 (440)
El Papa recordó que Chile se aproxima a su bicentenario como república "con las esperanzas que nacen de un periodo particularmente significativo, en el cual se han logrado metas de desarrollo notables, se han ido consolidando las Instituciones y parece prosperar el clima de una convivencia pacífica", y subrayó que "esos factores, así como la apertura a horizontes que van más allá de los propios confines, son ciertamente motivo de satisfacción, y también un nuevo llamado al sentido de responsabilidad, para mantener vigorosos los más altos ideales que dan vida a todo verdadero progreso y, a la larga, lo hacen posible".
"A este respecto -prosiguió el Santo Padre- la Iglesia cumple su misión anunciando el Evangelio de Cristo, proyectando su luz sobre las realidades del mundo y del ser humano, proclamando por ello su más alta dignidad" y "comparte los anhelos de una justicia que no se vea mermada por el insuficiente respeto de la dignidad del hombre y los derechos inalienables que de ella se derivan".
"Entre ellos cabe mencionar -prosiguió- el derecho a la vida en todas las fases de su desarrollo o en cualquier situación en que se encuentre, (...) el derecho a formar una familia, basada en los vínculos de amor y fidelidad establecidos en el matrimonio entre un hombre y una mujer, y que ha de ser protegida y ayudada, (...) el derecho primario a educar a los hijos según los ideales con los que los padres desean enriquecerlos".
"La querida Patria chilena -observó el Santo Padre- cuenta con abundantes recursos históricos y espirituales para afrontar el futuro con fundadas esperanzas de alcanzar nuevas metas de humanidad, contribuyendo así a favorecer también en el concierto de las naciones vínculos de cooperación y convivencia pacífica".
El Papa concluyó recordando a los santos de Chile Teresa de los Andes y al padre Alberto Hurtado, auspiciando que "los muchos dones que el Creador ha otorgado en la naturaleza a los hijos e hijas de Chile" siguieran "dando frutos que abran un futuro más próspero a las nuevas generaciones" para que "sean amantes de la paz y tengan un sentido trascendente de la vida, acorde con las seculares raíces cristianas del País".
CD/CREDENCIALES/CHILE:CABRERA VIS 20060908 (440)
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