CIUDAD DEL VATICANO, 5 ABR 2006 (VIS).-El servicio a la comunión en la Iglesia fue el tema de la catequesis de Benedicto XVI en la audiencia general de los miércoles celebrada en la Plaza de San Pedro y que contó con la presencia de 30.000 personas.
"El Espíritu, que infunde el amor de Dios en nuestros corazones, es fuente de comunión de los discípulos entre sí y con Dios" -dijo el Papa-. "Donde está la Iglesia, está el Espíritu de Dios", "y donde está el Espíritu de Dios, está la Iglesia" , dice San Ireneo. Este lazo íntimo con el Espíritu no anula nuestra humanidad con todas sus debilidades y así, la comunidad de los discípulos conoció muy bien esta prueba, constituida sobre todo de contrastes relativos a las verdades de la fe, que acarrearon divisiones en la comunión".
"La Iglesia, ya desde sus orígenes, era consciente de estas tensiones posibles en la experiencia de la comunión, como demuestra la primera epístola de San Juan: ninguna otra voz como la suya se alza en el Nuevo Testamento para evidenciar la realidad y el deber del amor fraterno entre los cristianos; pero la misma voz se dirige con drástica severidad a los adversarios que han sido miembros de la comunidad y ya no lo son. La Iglesia del amor es también la Iglesia de la Verdad, entendida ante todo como fidelidad al Evangelio confiado por el Señor Jesús a los suyos".
La comunión, explicó el Papa, "nace de la fe, es suscitada por la predicación apostólica, se alimenta con la Eucaristía y la oración, y se expresa en el servicio y la caridad fraterna. Por tanto, los Apóstoles y sus sucesores son testigos y custodios autorizados del depósito de la verdad entregado a la Iglesia y, a la vez, ministros de la caridad revelada y donada por el Señor. El suyo es un servicio ante todo de amor: y la caridad que viven y promueven es inseparable de la verdad que custodian y transmiten. La verdad y el amor son, pues, dos caras del mismo don de Dios y que, por el ministerio apostólico, se custodia en la Iglesia y llega hasta nosotros".
AG/IGLESIA AMOR:VERDAD/... VIS 20060405 (380)
"El Espíritu, que infunde el amor de Dios en nuestros corazones, es fuente de comunión de los discípulos entre sí y con Dios" -dijo el Papa-. "Donde está la Iglesia, está el Espíritu de Dios", "y donde está el Espíritu de Dios, está la Iglesia" , dice San Ireneo. Este lazo íntimo con el Espíritu no anula nuestra humanidad con todas sus debilidades y así, la comunidad de los discípulos conoció muy bien esta prueba, constituida sobre todo de contrastes relativos a las verdades de la fe, que acarrearon divisiones en la comunión".
"La Iglesia, ya desde sus orígenes, era consciente de estas tensiones posibles en la experiencia de la comunión, como demuestra la primera epístola de San Juan: ninguna otra voz como la suya se alza en el Nuevo Testamento para evidenciar la realidad y el deber del amor fraterno entre los cristianos; pero la misma voz se dirige con drástica severidad a los adversarios que han sido miembros de la comunidad y ya no lo son. La Iglesia del amor es también la Iglesia de la Verdad, entendida ante todo como fidelidad al Evangelio confiado por el Señor Jesús a los suyos".
La comunión, explicó el Papa, "nace de la fe, es suscitada por la predicación apostólica, se alimenta con la Eucaristía y la oración, y se expresa en el servicio y la caridad fraterna. Por tanto, los Apóstoles y sus sucesores son testigos y custodios autorizados del depósito de la verdad entregado a la Iglesia y, a la vez, ministros de la caridad revelada y donada por el Señor. El suyo es un servicio ante todo de amor: y la caridad que viven y promueven es inseparable de la verdad que custodian y transmiten. La verdad y el amor son, pues, dos caras del mismo don de Dios y que, por el ministerio apostólico, se custodia en la Iglesia y llega hasta nosotros".
AG/IGLESIA AMOR:VERDAD/... VIS 20060405 (380)
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