CIUDAD DEL VATICANO, 7 ABR 2006 (VIS).-Benedicto XVI participó ayer tarde en un encuentro en la Plaza de San Pedro con los jóvenes de la diócesis de Roma, en preparación de la XXI Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará el 9 de abril, Domingo de Ramos, en todas las diócesis del mundo.
Antes del encuentro, orquestas y coros interpretaron diversas piezas musicales, acompañadas en algunos casos por coreografías. También intervinieron en el acto cantantes italianos, entre ellos Ron y Giuseppe Povia.
El Papa llegó a la Plaza a las 18,00 y saludó a los jóvenes, acogiendo junto a ellos la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que entró en la Plaza de San Pedro a hombros de chicos y chicas de la ciudad alemana de Colonia, donde se celebró en agosto de 2005 la última de estas jornadas.
Maddalena Santoro, hermana del sacerdote Andrea Santoro, asesinado en Trebisonda (Turquía) el pasado mes de febrero leyó unas breves palabras recordando la figura y el testimonio de su hermano, que era sacerdote de la diócesis romana. Finalizada la lectura Benedicto XVI se levantó para abrazarla y agradecerle su participación en el acto.
A continuación, el Papa respondió a las preguntas de cinco jóvenes centradas en la Sagrada Escritura, el amor, el apostolado y la vocación y la relación entre ciencia y fe.
"La Biblia, -respondió Benedicto XVI a un estudiante de ingeniería interesado en saber si la Sagrada Escritura era siempre Palabra de Dios- no se puede leer como si fuera un libro histórico, (...) La Palabra no se lee en un clima académico, sino rezando y diciendo a Dios: Ayúdame a comprender tu Palabra".
El Papa aconsejó además la lectura de la mano de "maestros de la Lectio Divina" y "en la gran compañía del Pueblo de Dios, en comunión con la Iglesia, que transmite esta Palabra a través de los siglos".
Del segundo tema, el amor, el Santo Padre recordó que ya en las primeras páginas de la Escritura hay una definición que afirma que por él, "el hombre abandonará a su padre y a su madre, seguirá a la mujer, y serán una sola carne, una sola existencia. Ya desde el principio se nos da una profecía de lo que es el matrimonio, y esta definición permanece idéntica en el Nuevo Testamento. (...) Es un sacramento del Creador del universo inscrito en el mismo ser humano. (...) Por lo tanto, no es una invención de la Iglesia".
Hablando del apostolado, el Papa dijo que consistía ante todo en "hacer presente a Dios en nuestras sociedades y en nuestra vida. (...) Dios, que nos ha mostrado su rostro en Jesús, que nos ha amado hasta la muerte, y ha vencido la violencia".
El Papa habló después de cómo decidió ser sacerdote, respondiendo a otro joven que le preguntó acerca de la vocación. "Crecí en un mundo muy diferente al nuestro -dijo-. Por una parte, había una situación de "cristiandad", y era normal ir a la Iglesia, y por otra, vivíamos bajo el régimen nazi, que quería un mundo sin sacerdotes. Frente a esta cultura brutal e antihumana, (...) comprendí que el Evangelio y la fe nos indican el camino justo".
El Santo Padre dijo que le ayudaron en el descubrimiento de su vocación "la belleza de la liturgia" y "la teología. (...) Obviamente, no faltaban las dificultades y me pregunté si lograría vivir durante toda la vida el celibato, consciente de que la teología no era suficiente para ser un buen sacerdote. (...) Hacen falta valentía y humildad, confianza y apertura para preguntarse qué quiere el Señor. Es una gran aventura, pero la vida puede vivirse solamente si tenemos el coraje de la aventura y con la confianza en que el Señor no nos deja solos".
Por último, Benedicto XVI habló de la relación entre ciencia y fe, explicando que mientras la matemática es una creación de la mente humana, que explica las leyes de la naturaleza, "hay una inteligencia que precede a la matemática y a las leyes naturales, la inteligencia de Dios, o sea "un proyecto inteligente" que ha creado la naturaleza con esas leyes, así como la mente humana".
"Hay dos opciones -dijo-: o Dios existe o no existe; es decir, o se reconoce la prioridad de una razón creadora (...) o se sostiene la prioridad de lo irracional. No se puede, en último término, "demostrar" un proyecto u otro, pero la gran opción del cristianismo es la opción por la racionalidad, por la prioridad de la razón ".
Al concluir el encuentro el Papa entregó simbólicamente a algunos jóvenes la Biblia afirmando que era "lámpara para sus pasos" y recordó a Juan Pablo II, "un gran testigo de la palabra de Dios". Después, acompañado por algunos jóvenes bajó a las grutas vaticanas para rezar ante la tumba de su predecesor.
.../JOVENES DIOCESIS ROMA/... VIS 20060407 (780)
Antes del encuentro, orquestas y coros interpretaron diversas piezas musicales, acompañadas en algunos casos por coreografías. También intervinieron en el acto cantantes italianos, entre ellos Ron y Giuseppe Povia.
El Papa llegó a la Plaza a las 18,00 y saludó a los jóvenes, acogiendo junto a ellos la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que entró en la Plaza de San Pedro a hombros de chicos y chicas de la ciudad alemana de Colonia, donde se celebró en agosto de 2005 la última de estas jornadas.
Maddalena Santoro, hermana del sacerdote Andrea Santoro, asesinado en Trebisonda (Turquía) el pasado mes de febrero leyó unas breves palabras recordando la figura y el testimonio de su hermano, que era sacerdote de la diócesis romana. Finalizada la lectura Benedicto XVI se levantó para abrazarla y agradecerle su participación en el acto.
A continuación, el Papa respondió a las preguntas de cinco jóvenes centradas en la Sagrada Escritura, el amor, el apostolado y la vocación y la relación entre ciencia y fe.
"La Biblia, -respondió Benedicto XVI a un estudiante de ingeniería interesado en saber si la Sagrada Escritura era siempre Palabra de Dios- no se puede leer como si fuera un libro histórico, (...) La Palabra no se lee en un clima académico, sino rezando y diciendo a Dios: Ayúdame a comprender tu Palabra".
El Papa aconsejó además la lectura de la mano de "maestros de la Lectio Divina" y "en la gran compañía del Pueblo de Dios, en comunión con la Iglesia, que transmite esta Palabra a través de los siglos".
Del segundo tema, el amor, el Santo Padre recordó que ya en las primeras páginas de la Escritura hay una definición que afirma que por él, "el hombre abandonará a su padre y a su madre, seguirá a la mujer, y serán una sola carne, una sola existencia. Ya desde el principio se nos da una profecía de lo que es el matrimonio, y esta definición permanece idéntica en el Nuevo Testamento. (...) Es un sacramento del Creador del universo inscrito en el mismo ser humano. (...) Por lo tanto, no es una invención de la Iglesia".
Hablando del apostolado, el Papa dijo que consistía ante todo en "hacer presente a Dios en nuestras sociedades y en nuestra vida. (...) Dios, que nos ha mostrado su rostro en Jesús, que nos ha amado hasta la muerte, y ha vencido la violencia".
El Papa habló después de cómo decidió ser sacerdote, respondiendo a otro joven que le preguntó acerca de la vocación. "Crecí en un mundo muy diferente al nuestro -dijo-. Por una parte, había una situación de "cristiandad", y era normal ir a la Iglesia, y por otra, vivíamos bajo el régimen nazi, que quería un mundo sin sacerdotes. Frente a esta cultura brutal e antihumana, (...) comprendí que el Evangelio y la fe nos indican el camino justo".
El Santo Padre dijo que le ayudaron en el descubrimiento de su vocación "la belleza de la liturgia" y "la teología. (...) Obviamente, no faltaban las dificultades y me pregunté si lograría vivir durante toda la vida el celibato, consciente de que la teología no era suficiente para ser un buen sacerdote. (...) Hacen falta valentía y humildad, confianza y apertura para preguntarse qué quiere el Señor. Es una gran aventura, pero la vida puede vivirse solamente si tenemos el coraje de la aventura y con la confianza en que el Señor no nos deja solos".
Por último, Benedicto XVI habló de la relación entre ciencia y fe, explicando que mientras la matemática es una creación de la mente humana, que explica las leyes de la naturaleza, "hay una inteligencia que precede a la matemática y a las leyes naturales, la inteligencia de Dios, o sea "un proyecto inteligente" que ha creado la naturaleza con esas leyes, así como la mente humana".
"Hay dos opciones -dijo-: o Dios existe o no existe; es decir, o se reconoce la prioridad de una razón creadora (...) o se sostiene la prioridad de lo irracional. No se puede, en último término, "demostrar" un proyecto u otro, pero la gran opción del cristianismo es la opción por la racionalidad, por la prioridad de la razón ".
Al concluir el encuentro el Papa entregó simbólicamente a algunos jóvenes la Biblia afirmando que era "lámpara para sus pasos" y recordó a Juan Pablo II, "un gran testigo de la palabra de Dios". Después, acompañado por algunos jóvenes bajó a las grutas vaticanas para rezar ante la tumba de su predecesor.
.../JOVENES DIOCESIS ROMA/... VIS 20060407 (780)
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