CIUDAD DEL VATICANO, 26 ABR 2006 (VIS).-Finalizada la audiencia general el Papa recordó que hoy hace veinte años, el 26 de abril de 1986, tuvo lugar la explosión del cuarto reactor de la central nuclear de Chernobyl (Ucrania), que se considera el peor accidente industrial y medioambiental de la historia.
La explosión de Chernobyl produjo una lluvia radioactiva que pudo ser detectada en la antigua Unión Soviética, Europa Oriental, Escandinavia, Inglaterra e incluso el este de los Estados Unidos. Daños irreparables en el medioambiente, enfermedades cancerosas, mutaciones, deformaciones genéticas y un número elevadísimo de muertes han sido el resultado de los efectos devastadores de la radioactividad.
"Siento el deber de expresar mi más vivo aprecio -dijo Benedicto XVI- a las familias, las asociaciones, las administraciones civiles y las comunidades cristianas que durante estos años se han dedicado a acoger y cuidar a los adultos y especialmente a los niños afectados por las consecuencias de aquel acontecimiento tan doloroso".
"Al mismo tiempo que rezamos por las víctimas de una calamidad tan grande y por aquellos que llevan sus señales en el cuerpo, invocamos al Señor para que ilumine a los responsables del destino de la humanidad para que con un esfuerzo conjunto se ponga toda energía al servicio de la paz, respetando las exigencias de los seres humanos y de la naturaleza".
AG/CHERNOBYL/... VIS 20060426 (230)
La explosión de Chernobyl produjo una lluvia radioactiva que pudo ser detectada en la antigua Unión Soviética, Europa Oriental, Escandinavia, Inglaterra e incluso el este de los Estados Unidos. Daños irreparables en el medioambiente, enfermedades cancerosas, mutaciones, deformaciones genéticas y un número elevadísimo de muertes han sido el resultado de los efectos devastadores de la radioactividad.
"Siento el deber de expresar mi más vivo aprecio -dijo Benedicto XVI- a las familias, las asociaciones, las administraciones civiles y las comunidades cristianas que durante estos años se han dedicado a acoger y cuidar a los adultos y especialmente a los niños afectados por las consecuencias de aquel acontecimiento tan doloroso".
"Al mismo tiempo que rezamos por las víctimas de una calamidad tan grande y por aquellos que llevan sus señales en el cuerpo, invocamos al Señor para que ilumine a los responsables del destino de la humanidad para que con un esfuerzo conjunto se ponga toda energía al servicio de la paz, respetando las exigencias de los seres humanos y de la naturaleza".
AG/CHERNOBYL/... VIS 20060426 (230)
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