CIUDAD DEL VATICANO, 17 MAR 2006 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano a los participantes en la Asamblea plenaria anual del Pontifico Consejo para las Comunicaciones Sociales, cuyo presidente es el arzobispo John P. Foley.
El Papa comenzó elogiando el compromiso de todos en el "importante apostolado" de la comunicación, tanto "como forma directa de evangelización que como contribución a la promoción de aquello que es bueno y verdadero en toda sociedad", para referirse después a su primer mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones, dedicado al concepto de medios de comunicación como "red que facilita la comunión y la cooperación".
En el mensaje, dijo el Santo Padre, "recordaba también que el decreto del Concilio Vaticano II "Inter mirifica", reconocía ya el enorme poder de los medios de comunicación para informar las mentes y formar el pensamiento de las personas. Cuarenta años más tarde comprendemos, más que nunca, la necesidad apremiante de encauzar ese poder en beneficio de la entera humanidad".
Después, citó las palabras de San Pablo a los Efesios "Ya no sois extraños ni forasteros sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios". "Esta representación sublime de una vida de comunión -dijo- atañe a todos los aspectos de nuestras vidas y para vosotros, de modo particular, se traduce en el desafío de hacer que los medios de comunicación sean protagonistas de verdad y promotores de paz".
Para afrontar ese reto, prosiguió, "son necesarios valores sólidos y decisión, por parte de cuantos trabajan en una industria tan influyente como la de los medios de comunicación, para asegurar que la promoción del bien común no se sacrifique jamás a una búsqueda egoísta del beneficio o a un programa ideológico poco creíble".
Benedicto XVI subrayó que en su mensaje, otro tema capital era "la necesidad urgente de mantener y apoyar el matrimonio y la familia, fundamento de toda cultura y sociedad" y, en ese contexto, hizo hincapié en que se presentasen a los niños y jóvenes modelos elevados "de vida y de amor" que no degraden ni ridiculicen la "dignidad que Dios ha dado a todo ser humano, ni socaven el valor de la familia".
El Papa concluyó invitando a los responsables de los medios de comunicación a promover el bien y la verdad, "sobre todo con respecto al significado de la existencia humana y social, y a denunciar la falsedad, sobre todo las tendencias perniciosas que erosionan el tejido de la sociedad civil".
AC/PLENARIA COMUNICACIONES SOCIALES/FOLEY VIS 20060317 (410)
El Papa comenzó elogiando el compromiso de todos en el "importante apostolado" de la comunicación, tanto "como forma directa de evangelización que como contribución a la promoción de aquello que es bueno y verdadero en toda sociedad", para referirse después a su primer mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones, dedicado al concepto de medios de comunicación como "red que facilita la comunión y la cooperación".
En el mensaje, dijo el Santo Padre, "recordaba también que el decreto del Concilio Vaticano II "Inter mirifica", reconocía ya el enorme poder de los medios de comunicación para informar las mentes y formar el pensamiento de las personas. Cuarenta años más tarde comprendemos, más que nunca, la necesidad apremiante de encauzar ese poder en beneficio de la entera humanidad".
Después, citó las palabras de San Pablo a los Efesios "Ya no sois extraños ni forasteros sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios". "Esta representación sublime de una vida de comunión -dijo- atañe a todos los aspectos de nuestras vidas y para vosotros, de modo particular, se traduce en el desafío de hacer que los medios de comunicación sean protagonistas de verdad y promotores de paz".
Para afrontar ese reto, prosiguió, "son necesarios valores sólidos y decisión, por parte de cuantos trabajan en una industria tan influyente como la de los medios de comunicación, para asegurar que la promoción del bien común no se sacrifique jamás a una búsqueda egoísta del beneficio o a un programa ideológico poco creíble".
Benedicto XVI subrayó que en su mensaje, otro tema capital era "la necesidad urgente de mantener y apoyar el matrimonio y la familia, fundamento de toda cultura y sociedad" y, en ese contexto, hizo hincapié en que se presentasen a los niños y jóvenes modelos elevados "de vida y de amor" que no degraden ni ridiculicen la "dignidad que Dios ha dado a todo ser humano, ni socaven el valor de la familia".
El Papa concluyó invitando a los responsables de los medios de comunicación a promover el bien y la verdad, "sobre todo con respecto al significado de la existencia humana y social, y a denunciar la falsedad, sobre todo las tendencias perniciosas que erosionan el tejido de la sociedad civil".
AC/PLENARIA COMUNICACIONES SOCIALES/FOLEY VIS 20060317 (410)
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