CIUDAD DEL VATICANO, 26 MAR 2006 (VIS).-A las 9,00, el Santo Padre visitó la parroquia romana de Dios Padre Misericordioso, en el sector este de la diócesis de Roma, donde celebró la Eucaristía.
El Papa recordó al inicio de la homilía que este cuarto domingo de Cuaresma, "tradicionalmente llamado "de Laetare", está lleno de una alegría que en cierta medida atenúa el clima penitencial de este tiempo santo". Un motivo, dijo, es "la cercanía de la Pascua", pero "la razón más profunda", como muestran las lecturas de hoy, es "que a pesar de nuestra indignidad, somos los destinatarios de la infinita misericordia de Dios".
"Siempre, pero especialmente en este tiempo cuaresmal -continuó-, la cruz debe estar en el centro de nuestra meditación. (...) Todos los cristianos están llamados a comprender, a vivir y a dar testimonio con su vida de la gloria del Crucificado. La cruz es, en definitiva, el "signo" por excelencia para que comprendamos la verdad del ser humano y la verdad de Dios: todos hemos sido creados y redimidos por un Dios que por amor ha inmolado a su único Hijo".
Benedicto XVI subrayó que en "Jesús muerto y resucitado podemos comprender la verdad de la vida y obtener la salvación. Este es el anuncio central de la Iglesia, que no cambia con el paso de los siglos. La fe cristiana, por tanto, no es una ideología, sino un encuentro personal con Cristo crucificado y resucitado. De esta experiencia, que es individual y comunitaria, deriva un modo nuevo de pensar y de actuar: tiene su origen, como testimonian los santos, una existencia marcada por el amor".
Hablando de la parroquia, el Santo Padre dijo que la había querido su predecesor Juan Pablo II, "en recuerdo del Gran Jubileo del Año 2000, para que condensase de manera eficaz el significado de aquel evento espiritual extraordinario".
El Papa leyó parte del texto que debía haber pronunciado Juan Pablo II el 3 de abril del año pasado, segundo domingo de Pascua, llamado también Domingo de la Misericordia Divina. ''A la humanidad, que a veces parece extraviada y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo -había escrito el pontífice polaco, fallecido el 2 de abril-, el Señor resucitado ofrece como don su amor que perdona, reconcilia y abre el ánimo a la esperanza. Es un amor que convierte los corazones y dona la paz". Y añadía: "¡Qué necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Misericordia Divina!". Benedicto XVI dijo que estas palabras eran "un manuscrito, que es como un testamento".
"Comprender y acoger el amor misericordioso: que este sea vuestro compromiso, sobre todo en las familias, y también en los demás ámbitos del barrio", afirmó.
El Santo Padre concluyó pidiendo a los fieles que siguieran esforzándose para que su parroquia fuese "una verdadera familia, donde la fidelidad a la Palabra de Dios y a la Tradición de la Iglesia sean cada día la regla de vida". Refiriéndose a la "estructura arquitectónica original" del edificio, que atrae a muchos visitantes, el Papa pidió que les hicieran "apreciar no solo la belleza del lugar sagrado, sino sobre todo la riqueza de una comunidad viva, que desea dar testimonio del amor de Dios, Padre misericordioso".
HML/.../DIOS PADRE MISERICORDIOSO VIS 20060327 (500)
El Papa recordó al inicio de la homilía que este cuarto domingo de Cuaresma, "tradicionalmente llamado "de Laetare", está lleno de una alegría que en cierta medida atenúa el clima penitencial de este tiempo santo". Un motivo, dijo, es "la cercanía de la Pascua", pero "la razón más profunda", como muestran las lecturas de hoy, es "que a pesar de nuestra indignidad, somos los destinatarios de la infinita misericordia de Dios".
"Siempre, pero especialmente en este tiempo cuaresmal -continuó-, la cruz debe estar en el centro de nuestra meditación. (...) Todos los cristianos están llamados a comprender, a vivir y a dar testimonio con su vida de la gloria del Crucificado. La cruz es, en definitiva, el "signo" por excelencia para que comprendamos la verdad del ser humano y la verdad de Dios: todos hemos sido creados y redimidos por un Dios que por amor ha inmolado a su único Hijo".
Benedicto XVI subrayó que en "Jesús muerto y resucitado podemos comprender la verdad de la vida y obtener la salvación. Este es el anuncio central de la Iglesia, que no cambia con el paso de los siglos. La fe cristiana, por tanto, no es una ideología, sino un encuentro personal con Cristo crucificado y resucitado. De esta experiencia, que es individual y comunitaria, deriva un modo nuevo de pensar y de actuar: tiene su origen, como testimonian los santos, una existencia marcada por el amor".
Hablando de la parroquia, el Santo Padre dijo que la había querido su predecesor Juan Pablo II, "en recuerdo del Gran Jubileo del Año 2000, para que condensase de manera eficaz el significado de aquel evento espiritual extraordinario".
El Papa leyó parte del texto que debía haber pronunciado Juan Pablo II el 3 de abril del año pasado, segundo domingo de Pascua, llamado también Domingo de la Misericordia Divina. ''A la humanidad, que a veces parece extraviada y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo -había escrito el pontífice polaco, fallecido el 2 de abril-, el Señor resucitado ofrece como don su amor que perdona, reconcilia y abre el ánimo a la esperanza. Es un amor que convierte los corazones y dona la paz". Y añadía: "¡Qué necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Misericordia Divina!". Benedicto XVI dijo que estas palabras eran "un manuscrito, que es como un testamento".
"Comprender y acoger el amor misericordioso: que este sea vuestro compromiso, sobre todo en las familias, y también en los demás ámbitos del barrio", afirmó.
El Santo Padre concluyó pidiendo a los fieles que siguieran esforzándose para que su parroquia fuese "una verdadera familia, donde la fidelidad a la Palabra de Dios y a la Tradición de la Iglesia sean cada día la regla de vida". Refiriéndose a la "estructura arquitectónica original" del edificio, que atrae a muchos visitantes, el Papa pidió que les hicieran "apreciar no solo la belleza del lugar sagrado, sino sobre todo la riqueza de una comunidad viva, que desea dar testimonio del amor de Dios, Padre misericordioso".
HML/.../DIOS PADRE MISERICORDIOSO VIS 20060327 (500)
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