CIUDAD DEL VATICANO, 18 MAR 2006 (VIS).-El Papa recibió hoy al cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, junto con los representantes de la Santa Sede ante los organismos internacionales.
En su discurso, el Santo Padre dijo que la presencia de la Santa Sede en las instituciones internacionales es "una contribución fundamental al respeto de los derechos humanos y del bien común, y por tanto, a la auténtica libertad y a la justicia".
"Las relaciones entre los Estados y en los Estados -afirmó- son justas en la medida en que respetan la verdad. Sin embargo, cuando la verdad es ultrajada, la paz es amenazada y el derecho es puesto en duda, entonces, como lógica consecuencia, se desencadenan las injusticias".
Benedicto XVI subrayó que estas injusticias "asumen muchos rostros: por ejemplo, el rostro del desinterés o del desorden, que llega a dañar la estructura de la célula original de la sociedad, que es la familia; o el rostro de la prepotencia o de la arrogancia, que puede llegar hasta el arbitrio, haciendo callar a quien no tiene voz o no tiene fuerza para hacerla sentir, como sucede en el caso de la injusticia que, hoy es quizá la más grave, es decir, la que suprime la vida humana nueva".
El Papa concluyó poniendo de relieve que "a través de la dificultades e incomprensiones" en su misión de representantes "participan con autoridad en la responsabilidad profética de la Iglesia, que seguirá elevando su voz en defensa del ser humano, incluso cuando la política de los Estados o la mayoría de la opinión pública se muevan en dirección contraria. La verdad encuentra fuerza en sí misma y no en el número de consensos que recibe".
AC/VERDAD:JUSTICIA/SODANO VIS 20060320 (290)
En su discurso, el Santo Padre dijo que la presencia de la Santa Sede en las instituciones internacionales es "una contribución fundamental al respeto de los derechos humanos y del bien común, y por tanto, a la auténtica libertad y a la justicia".
"Las relaciones entre los Estados y en los Estados -afirmó- son justas en la medida en que respetan la verdad. Sin embargo, cuando la verdad es ultrajada, la paz es amenazada y el derecho es puesto en duda, entonces, como lógica consecuencia, se desencadenan las injusticias".
Benedicto XVI subrayó que estas injusticias "asumen muchos rostros: por ejemplo, el rostro del desinterés o del desorden, que llega a dañar la estructura de la célula original de la sociedad, que es la familia; o el rostro de la prepotencia o de la arrogancia, que puede llegar hasta el arbitrio, haciendo callar a quien no tiene voz o no tiene fuerza para hacerla sentir, como sucede en el caso de la injusticia que, hoy es quizá la más grave, es decir, la que suprime la vida humana nueva".
El Papa concluyó poniendo de relieve que "a través de la dificultades e incomprensiones" en su misión de representantes "participan con autoridad en la responsabilidad profética de la Iglesia, que seguirá elevando su voz en defensa del ser humano, incluso cuando la política de los Estados o la mayoría de la opinión pública se muevan en dirección contraria. La verdad encuentra fuerza en sí misma y no en el número de consensos que recibe".
AC/VERDAD:JUSTICIA/SODANO VIS 20060320 (290)
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