CIUDAD DEL VATICANO, 28 ENE 2006 (VIS).-Benedicto XVI recibió esta mañana al decano y a los jueces, oficiales y colaboradores del Tribunal Apostólico de la Rota Romana, con motivo de la inauguración del año judiciario.
El Santo Padre recordó que entre el enorme patrimonio de Juan Pablo II en materia de derecho canónico se halla la Instrucción "Dignitas connubii", sobre el procedimiento que hay que seguir en las causas de nulidad matrimonial. "La mayor contribución de esta Instrucción, que espero que los tribunales eclesiásticos apliquen integralmente, consiste en indicar en qué medida y en qué modo se deben aplicar en las causas de nulidad matrimonial las normas contenidas en los cánones relativos al juicio contencioso ordinario, observando las normas especiales dictadas por las causas sobre el estado de las personas y por aquellas de bien público".
El Papa señaló que durante el sínodo sobre la Eucaristía de octubre pasado, los padres sinodales "invitaron a los tribunales eclesiásticos a hacer todo lo posible para que los fieles no canónicamente casados regularicen cuanto antes su situación matrimonial" y puedan comulgar. Pero por otra parte, añadió, "la legislación canónica y la reciente Instrucción parece como si limitasen este impulso pastoral, y como si la preocupación principal fuese el cumplimiento de las formalidades jurídicas previstas, con el riesgo de olvidar la finalidad pastoral del proceso. Detrás de este planteamiento se esconde una contraposición entre derecho y pastoral en general".
"En este primer encuentro -afirmó- prefiero concentrarme sobre lo que representa el punto de encuentro fundamental entre derecho y pastoral: el amor por la verdad". En este contexto, subrayó que "el objetivo del proceso es la declaración de la verdad por parte de un tercero imparcial", tras la presentación de las pruebas de las otras partes en un "espacio de discusión adecuado. (...) Todo sistema procesal debe tender, por tanto, a asegurar la objetividad, la tempestividad y la eficacia de las decisiones de los jueces".
El Papa señaló a continuación que los procesos pueden tratar materias "que superan la capacidad de disponer de las partes, en la medida en que atañen a los derechos de toda la comunidad eclesial". En este campo, continuó, se encuentra "el proceso de declaración de nulidad matrimonial: el matrimonio, en su doble dimensión natural y sacramental, no es un bien disponible por parte de los cónyuges, ni -dada su índole social y pública-, es posible imaginar una forma de autodeclaración".
Tras indicar que "ningún proceso es "contra" la otra parte, como si se tratase de causar un daño injusto", Benedicto XVI dijo que "el objeto del proceso es declarar la verdad sobre la validez o invalidez de un matrimonio concreto, es decir, sobre una realidad en la que se funda la familia y que concierne en mayor medida a la Iglesia y a la sociedad civil".
El Santo Padre afirmó que el "criterio de la búsqueda de la verdad" en el proceso, conduce al aspecto de su "valor pastoral, que no se puede separar del amor a la verdad. A veces, la caridad pastoral puede contaminarse por actitudes en las que se busca complacer a las personas, (...) pero que en realidad no responden al bien de las personas y de la misma comunidad eclesial".
"La verdad que se busca en los procesos de nulidad matrimonial no es una verdad abstracta, separada del bien de las personas. Es una verdad que se integra en el itinerario humano y cristiano de cada fiel. Por eso, es muy importante que su declaración llegue en un tiempo razonable".
El Papa hizo hincapié en la "obligación grave de que la labor institucional de la Iglesia en los tribunales sea cada vez más cercana a los fieles", además de tratar de "prevenir las nulidades matrimoniales (...) y de hacer lo posible para que los cónyuges resuelvan sus eventuales problemas y encuentren la vía de la reconciliación".
"Espero que estas reflexiones -concluyó- ayuden a comprender mejor que el amor a la verdad une la institución del proceso canónico de nulidad matrimonial con el auténtico sentido pastoral que debe animar estos procesos. En esta clave de lectura, la Instrucción "Dignitas connubii" y las preocupaciones surgidas en el último sínodo coinciden totalmente".
AC/.../ROTA ROMANA VIS 20060130 (700)
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