BENEDICTO XVI VISITA LA PARROQUIA DE LA QUE FUE TITULAR

CIUDAD DEL VATICANO, 18 DIC 2005 (VIS).-Benedicto XVI reanudó la tradición del obispo de Roma de desplazarse a las parroquias de su diócesis. A las 9.00, el Papa realizó su primera visita pastoral a una parroquia romana, la de Santa Maria Consoladora en Casal Bertone, donde celebró la Santa Misa.

Al inicio de la homilía, el Santo Padre recordó "aquel 15 de octubre de 1977, cuando tomé posesión -dijo- de mi iglesia titular. (...) Y de nuevo estamos todos juntos. Es realmente una gran alegría. Desde entonces nuestro lazo recíproco se ha hecho progresivamente más fuerte, más profundo. Un lazo de afecto y de amistad que ha caldeado mi corazón y que lo caldea hoy también. Un lazo -continuó- que no disminuyó cuando en 1993 fui nombrado cardenal titular de la diócesis de Velletri y que ha adquirido una dimensión nueva y más profunda por el hecho de ser ahora obispo de Roma y vuestro obispo''.

El Papa comentó a continuación la escena de la Anunciación, que se relata en el Evangelio de hoy. "Con el saludo del Arcangel Gabriel a María, ''kaire'' en griego, que significa "alégrate", comienza -dijo- el Nuevo Testamento. Podemos decir que la primera palabra que aparece en el libro sagrado es "alégrate", y por tanto, "alegría". Este es el verdadero significado de la Navidad: ''Dios está cerca de nosotros, tan cerca que se hace niño''.

Benedicto XVI subrayó que "en el mundo de hoy, donde Dios está ausente, constatamos que está dominado por el miedo, por la incertidumbre", sin embargo, "la palabra "alégrate", porque Dios está contigo, está con nosotros", abre realmente a un tiempo nuevo".

"La alegría es el verdadero don de la Navidad y no los regalos caros, que conllevan tiempo y dinero. Podemos comunicarla de un modo sencillo: con una sonrisa, con un gesto bueno, con una pequeña ayuda, con el perdón. Transmitamos esta alegría y la alegría donada volverá a nosotros. (...) Pidamos para que en nuestra vida se refleje esta presencia de la alegría liberadora de Dios''.

En un segundo momento, el Santo Padre comentó la expresión ''no temas", con la que el arcángel tranquiliza a la Virgen ante la misión que Dios le ha confiado. ''Este mundo nuestro -afirmó- es un mundo lleno de miedos: miedo de la miseria y de la pobreza, miedo a las enfermedades, sufrimientos, a la soledad, miedo a la muerte. (...) La única seguridad válida en aquellos momentos es la que nos viene del Señor. (...) Podemos caer, pero al final caemos en la manos de Dios, y las manos de Dios son buenas''.

Refiriéndose finalmente al "sí" de María, a su aceptación de la voluntad del Señor, ''aparentemente -aseguró- demasiado grande para un ser humano", concluyó: "Este "sí" inicialmente puede parecer un peso insoportable, un yugo que no se puede llevar, pero en realidad la voluntad de Dios no es un peso, porque nos da alas para volar alto, y de este modo podemos osar con María abrir a Dios la puerta de nuestra vida, las puertas de este mundo, diciendo "sí" a su voluntad, conscientes de que esta voluntad es el verdadero bien y nos guía a la verdadera felicidad''.

Terminada la misa el Papa regresó en automóvil al Vaticano. La próxima visita a una comunidad parroquial está prevista el próximo 19 de marzo, tercer domingo de Cuaresma.
HML/.../SANTA MARIA CONSOLADORA VIS 20051219 (570)