CIUDAD DEL VATICANO, 23 SEP 2005 (VIS).-El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas, intervino ayer en la Conferencia sobre la facilitación de la entrada en vigor del tratado sobre la prohibición comprehensiva de los experimentos nucleares (CTBT) que se celebra en Nueva York del 21 al 23 de septiembre.
El arzobispo comenzó su discurso recordando que en la reunión de la CTBT de 2003 "168 estados habían firmado el tratado y 104 lo habían ratificado. Hoy (...) 176 estados lo han firmado y 125 ratificado. Lo que demuestra que la mayor parte de los estados se mueven en la dirección de un mundo libre de armas nucleares".
"El objetivo de la CTBT, acabar con los experimentos de armas nucleares -prosiguió- debería ser la aspiración de cada estado. Sin embargo, el movimiento para la entrada en vigor del tratado se ve obstaculizado por la falta de universalidad. La Santa Sede se une a cuantos piden que firmen el tratado los estados que todavía no lo han hecho y cuya firma es necesaria para la entrada en vigor del mismo".
Después el prelado habló del décimo aniversario de ese organismo, subrayando que en 2003 se había reafirmado la importancia de la entrada en vigor del tratado de cara al progreso del desarme y la no proliferación de armas nucleares, pero que "el bloqueo persistente impedía los progresos de la comunidad internacional".
La disuasiva nuclear tras la Guerra Fría, observó el arzobispo, es "cada vez más insostenible incluso en nombre de la seguridad colectiva". Por el contrario, "amenaza la existencia de numerosos pueblos en diversas partes del mundo y puede acabar por utilizarse como pretexto para aumentar los arsenales".
La respuesta a esos "peligros crecientes", es "potenciar la decisión de construir un organismo de derecho internacional para edificar un mundo libre de armas nucleares". "El tratado -dijo el observador permanente de la Santa Sede- puede ser uno de los pilares de este derecho internacional".
"Para seguir adelante son necesarios coraje y visión de futuro -concluyó-. Si bien el siglo se abrió con un estallido de terrorismo mundial, esta amenaza no puede erosionar los preceptos del derecho humanitario internacional basado en los principios de la limitación y la proporción".
DELSS/PROLIFERACION NUCLEAR/MIGLIORE VIS 20050923 (390)
viernes, 23 de septiembre de 2005
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