CIUDAD DEL VATICANO, 27 FEB 2005 (VIS).-Poco después de la oración del Angelus rezada por el arzobispo Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado, Juan Pablo II apareció, sin que estuviera previsto, en la ventana de su habitación del policlínico Gemelli para saludar con la mano y bendecir a las personas reunidas fuera del hospital. Es la primera vez en 26 años de pontificado que el Santo Padre no reza personalmente el Angelus.
Como consecuencia de la traqueotomía el Papa deberá guardar silencio durante varios días, de ahí que el arzobispo Sandri rezase la oración mariana, leyese la meditación habitual del domingo e impartiese la bendición apostólica en nombre del Santo Padre. Juan Pablo II siguió el Angelus por televisión rodeado de los médicos y de diversos colaboradores.
"Una vez más, queridos hermanos y hermanas -decía el mensaje papal- me dirijo a vosotros desde el Policlínico Agostino Gemelli. Os doy las gracias con afecto y siento que todos estáis cerca de mí espiritualmente. Pienso en vosotros, reunidos en la Plaza de San Pedro, personas y grupos, y en todos los que, en todos los lugares del mundo, se interesan por mi persona. Os pido que sigáis acompañándome, sobre todo con vuestra oración".
"El clima penitencial de Cuaresma, que estamos viviendo, nos ayuda también a comprender mejor el valor del sufrimiento que, de una forma u otra, nos afecta a todos. Sólo mirando a Cristo y siguiéndolo con paciente confianza logramos entender como toda forma humana de dolor encierre en sí una promesa divina de salvación y alegría. Quisiera que este mensaje de consuelo y de esperanza llegase a todos, especialmente a los que atraviesan momentos difíciles y sufren en el cuerpo y en el espíritu".
"Renuevo mi entrega a María, Madre de la Iglesia: 'Totus tuus'. Que Ella nos ayude en todos los momentos de la vida a cumplir la santa voluntad de Dios. ¡Que llegue a todos mi bendición paternal!".
ANG/SUFRIMIENTO/GEMELLI:SANDRI VIS 20050228 (350)
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