CIUDAD DEL VATICANO, 1 DIC 2004 (VIS).-Juan Pablo II dedicó la catequesis de la audiencia general de hoy celebrada en el Aula Pablo VI al Salmo 71, "un canto real que los Padres de la Iglesia han meditado e reinterpretado en clave mesiánica".
El salmo se abre, explicó el Papa, con una "intensa invocación coral a Dios para que conceda al soberano el don fundamental para el gobierno, la justicia (...) sobre todo con los pobres que, en cambio, son a menudo las víctimas del poder".
"Si se violan los derechos de los pobres -prosiguió- no solo se lleva a cabo un acto políticamente incorrecto y moralmente inicuo. Para la Biblia se perpetra también un acto contra Dios, un delito religioso porque el Señor es el tutor y el defensor de los míseros y oprimidos (...) es decir de los que no tienen protectores humanos".
"Es fácil intuir como la tradición haya sustituido a la figura, con frecuencia desilusionadora, del rey davídico con la fisonomía luminosa e gloriosa del Mesías" que "juzgará con justicia a los desvalidos y decidirá con rectitud a favor de los pobres de la tierra'".
"Después de esta viva y apasionada imploración del don de la justicia -dijo Juan Pablo II- el Salmo ensancha el horizonte y contempla como el reino mesiánico real se despliega a lo largo de las dos coordenadas de tiempo y espacio. (...) Un reino fecundo y sereno pero enraizado en los valores capitales: la justicia y la paz . Estos son los signos de la entrada del Mesías en nuestra historia".
AG/SALMO 71/... VIS 20041201 (280)
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