CIUDAD DEL VATICANO, 16 NOV 2004 (VIS).-El arzobispo John Foley, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, intervino ayer por la tarde en una mesa redonda sobre "Ética e Información: Confines, Límites e Impedimentos en la Comunicación Moderna", en el Instituto Patrístico Agustino de Roma.
El arzobispo comenzó su discurso congratulándose con la Orden de los agustinos con motivo del 1650 aniversario del nacimiento de San Agustín de Hipona, y recordó que en la iglesia romana de San Agostino se custodian las reliquias del santo y de su madre, Santa Mónica. Habló también de la basílica de San Pedro en Cieldoro (Pavía), donde "las reliquias de San Agustín se conservan bajo el altar mayor desde hace casi 1.300 años". Las de Pavía son las que durante una semana se han expuesto en Roma y las que Juan Pablo II tuvo en su apartamento privado desde la tarde del 11 a la mañana del 12 de noviembre.
"San Agustín -explicó el prelado- sigue comunicando desde hace 1.600 años" y agregó refiriéndose al mundo de la información en nuestros días, que "para nosotros las claves de la comunicación deben ser la verdad, la dignidad del individuo y el bien común. Por eso el primer principio es 'No contar nunca mentiras', válido para todas las personas y todos los motivos. El segundo principio es que no se debe violar jamás la dignidad de la persona, por ejemplo a través de la propaganda falsa, de la pornografía, de los discursos que fomentan el odio. El tercer principio es que toda comunicación tendría que contribuir al bien común y no disminuirlo. (...) Por eso, la comunicación auténtica debe ser conforme a una ley justa y alentar la contribución al bien común".
CON-CS/ETICA:INFORMACIÓN/FOLEY VIS 20041116 (300)
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