CIUDAD DEL VATICANO, 2 SEP 2004 (VIS).-Esta mañana en Castelgandolfo, el Santo Padre recibió a los obispos americanos de las provincias eclesiásticas de Boston y Hartford, que acaban de concluir su visita "ad limina".
"A través de estas reflexiones sobre el ejercicio del 'munus episcopale propheticum' - dijo el Papa al principio de su discurso- he llamado más de una vez la atención acerca de la evangelización de la cultura. Uno de los retos fundamentales en este campo es el de conseguir un encuentro fructífero entre el Evangelio y la nueva cultura global, que se expande rápidamente merced al aumento sin precedentes de las comunicaciones y la expansión de la economía mundial. Estoy convencido de que la Iglesia en Estados Unidos puede jugar un papel fundamental a la hora de hacer frente a este desafío ya que, esta nueva realidad, es en gran parte fruto de las experiencias, actitudes e ideales del Occidente contemporáneo en general y de América en particular".
"La Iglesia en Estados Unidos -prosiguió- se ha comprometido desde hace mucho tiempo a hacer oír su voz en el debate público en defensa de los derechos humanos fundamentales, la dignidad de la personas y las exigencias éticas de una sociedad justa y bien ordenada. En una nación pluralista como la vuestra, esto ha comportado necesariamente la cooperación práctica con hombres y mujeres de diversas creencias religiosas. (...) Como han dejado claro los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001, la construcción de una cultura global de solidaridad y respeto por la dignidad humana es una de las grandes tareas morales a las que se enfrenta la humanidad de nuestros días".
Juan Pablo II expresó su "gratitud personal por la tradicional generosidad de los fieles estadounidenses a la misión 'ad gentes' de la Iglesia mediante la formación y el envío de generaciones de misioneros y la contribución de un sinfín de católicos a las misiones en el extranjero. (...) ¡Que la Iglesia de vuestro país descubra las fuentes de una profunda renovación interior mediante la revitalización del celo misionero!".
"Más de una vez en el transcurso de estos encuentros -subrayó- os he hablado de mi admiración por la extraordinaria contribución de la comunidad católica de Estados Unidos a la difusión del Evangelio, el cuidado de los pobres, los enfermos y necesitados, y a la defensa de los valores humanos y cristianos fundamentales".
"En vuestro país la Iglesia se ha visto muy atribulada por los acontecimientos de los dos últimos años y se han llevado a cabo muchos esfuerzos para comprender y afrontar los casos de abusos sexuales que han ensombrecido su vida y su ministerio. Mientras continuáis confrontándoos con los significativos retos espirituales y materiales que vuestras comunidades experimentan en este ámbito, os pido que alentéis a los fieles, al clero, a los religiosos y a los laicos a perseverar en su testimonio público de fe y esperanza".
"Os pido, en particular, que ayudéis con decisión a vuestros hermanos sacerdotes, muchos de los cuales han sufrido profundamente por los errores de algunos ministros de la Iglesia a los que se ha dado tanta publicidad. (...) Os manifiesto mi gratitud personal por los servicios generosos y desinteresados que caracterizan la vida de tantos sacerdotes americanos, así como mi profundo aprecio por sus esfuerzos diarios para ser modelos de santidad y caridad pastoral en las comunidades cristianas confiadas a sus cuidados. (...) Decid a vuestros sacerdotes que les llevo en mi corazón".
AL/.../EE.UU. VIS 20040902 (590)
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