CIUDAD DEL VATICANO, 3 JUL 2004 (VIS).-Juan Pablo II recibió hoy a 110 participantes en el simposio europeo "Los retos de la educación: recuperación, promesas, compromisos", que se celebra en Roma. Promueven el encuentro la Comisión Episcopal para la Educación Católica, la Escuela y la Universidad de la Conferencia Episcopal Italiana, en colaboración con el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) y la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE).
En su discurso, el Papa manifestó su agrado por la atención prestada " a las cuestiones concernientes a la educación, particularmente importantes en la Europa actual donde tantos jóvenes están desorientados. Las políticas educativas de los estados tienen dificultades para encontrar nuevas perspectivas con que afrontar los problemas de los jóvenes, tanto en su vida personal como social".
"Para dar un futuro a los jóvenes, es necesario que la educación se conciba como la búsqueda del desarrollo integral y armonioso, de la maduración de la conciencia moral para discernir el bien y comportarse en consecuencia y como atención a la dimensión espiritual del joven que crece". El Papa subrayó de nuevo que las raíces cristianas de Europa son el fundamento de sus "tradiciones espirituales y morales".
Hay que ayudar a los estudiantes, dijo el Santo Padre, a "ser" más que a "tener". Todos los aspectos de la educación deben estar unidos y los maestros, padres y educadores "tienen que recordar que sus enseñanzas deben estar respaldadas por el testimonio de sus vidas".
Juan Pablo II se refirió a la "falta de esperanza de la juventud de nuestros días" y recordó que en la exhortación apostólica "Ecclesia in Europa", escribió: 'En la raíz de la pérdida de esperanza está el intento de hacer prevalecer una antropología sin Dios y sin Cristo', poniendo al ser humano en el lugar de Dios. 'El olvido de Dios condujo al abandono del hombre'. La verdadera educación debe comenzar con la verdad sobre el ser humano, la afirmación de su dignidad y de su vocación trascendental".
"La comunidad cristiana también tiene un papel en la educación -concluyó el Papa-. ¡Que los cristianos no tengan miedo de anunciar Cristo a las nuevas generaciones! Cristo, fuente de esperanza y de luz en su camino. ¡Que sepan acoger a los adolescentes y a sus familias, que les escuchen y ayuden aunque suponga un gran esfuerzo!".
AC/EDUCACIÓN/CCEE:COMECE VIS 20040705 (410)
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