CIUDAD DEL VATICANO, 23 DIC 2003 (VIS).-Hoy se hizo público el mensaje del Santo Padre con motivo de la XC Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, sobre el tema: "Migraciones en visión de paz", que se celebrará a lo largo del 2004 en las diferentes iglesias locales, en la fecha establecida por las respectivas conferencias episcopales.
El Papa escribe en el mensaje fechado el 15 de diciembre que "por desgracia nos estamos acostumbrando a ver la peregrinación desconsolada de prófugos, la fuga desesperada de refugiados, la llegada con todos los medios de los emigrantes a los países más ricos en busca de soluciones para sus numerosas exigencias personales y familiares. Frente a ello, surge la pregunta: ¿Cómo hablar de paz, cuando se registran constantemente situaciones de tensión en muchas regiones de la tierra? ¿Cómo puede contribuir el fenómeno de las migraciones a construir la paz entre los seres humanos?".
Tras poner de relieve que la paz "no es únicamente ausencia de conflictos", el Santo Padre alienta los "gestos y los esfuerzos concretos de perdón y de reconciliación, superando contrastes y divisiones. (…) No puede haber verdadera paz sin justicia y sin respeto de los derechos humanos".
"Construir condiciones concretas de paz por lo que concierne a los emigrantes y refugiados -continúa- significa comprometerse seriamente a salvaguardar ante todo el derecho a no emigrar, es decir, a vivir en paz y dignidad en la propia patria".
Juan Pablo II recuerda que "existe ciertamente también el derecho a emigrar. (…) Corresponde obviamente a los gobiernos regular los flujos migratorios en el pleno respeto de la dignidad de las personas y de las necesidades de sus familias, teniendo en cuenta las exigencias de las sociedades que acogen a los emigrantes".
"¡Que nadie permanezca insensible ante las condiciones en las que viven tantos emigrantes!", exclama. Tras hacer hincapié en que hay que "reconocer el encomiable esfuerzo de muchas organizaciones públicas y privadas para aliviar las preocupantes situaciones que se han creado en más regiones del planeta", escribe: "No se puede dejar de denunciar el tráfico de explotadores sin escrúpulos que abandonan en el mar, en embarcaciones precarias, a personas que buscan desesperadamente un futuro menos incierto".
El Papa señala que a pesar de los problemas antes mencionados, los emigrantes pueden "ofrecer una contribución válida para la consolidación de la paz. Las migraciones pueden facilitar el encuentro y la comprensión entre las civilizaciones, además de entre las personas y las comunidades".
"Si se favorece una integración gradual de todos los emigrantes (…) se corre menos el riesgo de que se concentren formando verdaderos y propios guetos, donde se aislan del contexto social, terminando a veces por alimentar incluso el deseo de conquistar paulatinamente el territorio".
Juan Pablo II concluye el mensaje afirmando que "si el 'sueño' de un mundo en paz es compartido por tantos, si se valora la aportación de los emigrantes y de los refugiados, la humanidad puede llegar a ser cada vez más familia de todos y nuestra tierra una real 'casa común'".
MESS/JORNADA EMIGRANTE REFUGIADO/… VIS 20031223 (480)
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