CIUDAD DEL VATICANO, 1 OCT 2003 (VIS) - En la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa habló sobre el "Benedictus", el c ntico de Zacarías, padre de san Juan Bautista, una "bendición que proclama las acciones salvíficas y la liberación ofrecida por el Señor a su pueblo".
Este c ntico "es -dijo Juan Pablo II ante 12.000 personas- una lectura 'profética' de la historia, es decir, el descubrimiento del sentido íntimo y profundo de todo el acontecer humano, guiado por la mano escondida pero laboriosa del Señor, que se entrelaza con aquella más débil e incierta del ser humano".
Tras evocar la "alianza con Abrahán, con David y la nueva alianza con Cristo -continuó-, la parte central del Cántico se encuentra en la frase: 'El sol naciente nos visitará desde lo alto'. (...) Con Cristo, por tanto, aparece la luz que ilumina a toda criatura y florece la vida, como dir el evangelista Juan uniendo precisamente estas dos realidades: 'En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres'".
El Santo Padre señaló que "la humanidad que se encuentra envuelta 'en tinieblas y en sombra de muerte' es iluminada por este fulgor de revelación. (...) Nos movemos -terminó- teniendo como punto de referencia aquella luz; y nuestros pasos inciertos, que durante el día se desvían con frecuencia por calles oscuras y resbaladizas, son sostenidos por la claridad de la verdad que Cristo difunde en el mundo y en la historia".
Al saludar en diferentes lenguas a los peregrinos presentes, el Papa recordó que hoy comienza el mes del Rosario, e invitó a "volverá a descubrir la belleza y la riqueza de esta oración mariana tanto en privado como en la comunidad parroquial, y sobre todo, en la familia".
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