CIUDAD DEL VATICANO, 11 JUN 2003 (VIS) - Durante la audiencia general de este miércoles celebrada en la Plaza de San Pedro Juan Pablo II habló de su reciente viaje apostólico a Croacia, del 5 al 9 de junio, el número cien fuera de Italia desde el inicio de su pontificado.
El Papa afirmó que en la primera etapa del viaje, celebró misa en Dubrovnik y beatificó a Sor Marija de Jesús Crucificado Petkovic, fundadora de las Hijas de la Misericordia de la Tercera Orden Regular de San Francisco. "A la luz de esta admirable figura, he dirigido un mensaje especial a las mujeres croatas, a las que he alentado a ofrecer a la Iglesia y a la sociedad su contribución espiritual y moral".
Al día siguiente, en Osijek, continuó, "tuve el honor de presidir la solemne conclusión del segundo Sínodo diocesano y conmemorar el 150 aniversario de la fundación de la provincia eclesiástica de Zagreb. En aquella ocasión reflexioné sobre la santidad como vocación de todos los cristianos", invitando "de modo especial a los laicos a valorar plenamente la gracia del Bautismo y de la Confirmación. Sólo quien es animado por una fe sólida y por un amor generoso puede ser apóstol de reconciliación y de reconstrucción moral, donde siguen estando abiertas las heridas de un pasado doloroso y difícil".
El Santo Padre recordó que el domingo, 8 de junio, solemnidad de Pentecostés, durante la celebración eucarística hizo hincapié en el "primordial valor social de la institución familiar, pidiendo una atención privilegiada y ayudas concretas que favorezcan su constitución, desarrollo y estabilidad".
"La última etapa de mi viaje -añadió- fue Zadar, en Dalmacia", donde "celebré la Hora Sexta, en la fiesta de María, Madre de la Iglesia", que fue una prolongación "de la solemnidad de Pentecostés y nos hizo revivir el clima del Cenáculo".
Juan Pablo II concluyó subrayando que también en este viaje pudo "constatar cuánto ha contribuido el cristianismo al desarrollo artístico, cultural, pero sobre todo espiritual y moral de Croacia y de su pueblo. Sobre esta base sólida, al inicio del tercer milenio, la querida nación croata podrá seguir construyendo su cohesión y su estabilidad, para integrarse armoniosamente en el conjunto de los pueblos europeos".
AG;VIAJE APOSTOLICO CROACIA;...;...;VIS;20030611;370;
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