EL CENACULO: CUNA DEL ROSARIO

CIUDAD DEL VATICANO, 25 MAY 2003 (VIS) - Hoy al mediodía, Juan Pablo II se asomó a la ventana de su estudio sobre la Plaza de San Pedro para rezar el Regina Coeli con los fieles allí reunidos.

Juan Pablo II recordó que el mes de mayo que en el hemisferio boreal marca el florecer pleno de la naturaleza es también el "tiempo del aleluya pascual que resuena en toda la Iglesia, tiempo muy propicio para ofrecer a las nuevas generaciones los dones de Cristo resucitado: el Bautismo, la Primera Comunión y la Confirmación".

Después observó que la próxima semana, con la fiesta de la Ascensión, comienza la Novena de Pentecostés. "Las comunidades cristianas -dijo- podrán revivir la experiencia originaria del Cenáculo, donde los discípulos se encontraban (...) en oración con la Madre de Jesús. La presencia materna de María entre los Apóstoles era para ellos memoria de Cristo, (...) custodiaba los misterios de la Anunciación, Resurrección y Ascensión, a través de la vida pública, la pasión y la muerte. En este sentido, se puede decir que en el Cenáculo nació la oración del Rosario, porque allí los primeros cristianos comenzaron a contemplar con María el rostro de Cristo, recordando los diversos momentos de su vida terrena".

"He querido indicar -concluyó el Santo Padre- dos intenciones especiales de oración para este año dedicado al Santo Rosario: la familia que, desgraciadamente se ve seriamente amenazada en sus principios y valores fundamentales, y la paz en el mundo, en especial en Tierra Santa. Quiera el Señor que, a pesar del predominio de la violencia feroz que ofende a Dios y al ser humano, se refuerce la búsqueda de soluciones equitativas, negociadas, para asegurar a todos los pueblos serenidad y paz".

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