CANTICO DE LOS TRES JOVENES, LOA DE LA GLORIA DE DIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 19 FEB 2003 (VIS) - La catequesis de Juan Pablo II, durante la audiencia general de los miércoles celebrada en el Aula Pablo VI en presencia de 10.000 personas, estuvo dedicada al Cántico de los Tres Jóvenes, que se encuentra en el capítulo 3 del Libro de Daniel. El Papa definió este canto como "un magnífico himno en alabanza de la gloria trascendente de Dios".

Juan Pablo II recordó la historia de Shadrach, Meshach y Abednego, protagonistas del c ntico "tres jóvenes judíos, colocados por su autor sacro en el contexto histórico del reino de Nabucodonosor, el tremendo soberano babilonio que destruyó la ciudad santa de Jerusalén en el 586 a.d.C y deportó a losáisraelitas 'a lo largo de los ríos de Babilonia'".

El c ntico de hoy, explicó el Santo Padre "tradicionalmente llamado 'de los tres jóvenes', se parece a una llama que ilumina la oscuridad del tiempo de la opresión y de la persecución, un tiempo que a menudo se ha repetido en la historia de Israel y en la historia misma del cristianismo".

"Cantado por tres jóvenes condenados a la hoguera por su fidelidad al Dios de Israel -dijo el Santo Padre- el Cántico evoca la santidad y el poder del Creador, que mora entre su pueblo en Jerusalén. Esta celebración profética de la cercanía de Dios a su pueblo anticipa la venida del Hijo de Dios, que en la plenitud del tiempo 'se hizo carne y habitó entre nosotros'. En su liturgia, la Iglesia en cada época entona su himno de gratitud por el amor misericordioso de Dios, que guía toda la historia hacia su fin establecido".

Juan Pablo II concluyó con estas palabras: "En su bendición los tres jóvenes alaban a Dios Todopoderoso que está en los cielos, pero también al Dios cercano a su pueblo, que ha querido habitar en su 'santo templo de gloria'".

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