CIUDAD DEL VATICANO, 20 NOV 2002 (VIS) - En la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI, el Santo Padre continuó con el ciclo sobre los salmos y hoy habló sobre el Cántico de Isaías: "El buen pastor: Dios el Altísimo y el Sapientísimo".
Juan Pablo II afirmó que al inicio del Cántico "aparece la figura poderosa de Dios, que regresa a Jerusalén precedido por sus trofeos", que son "los judíos exiliados que ha liberado de la mano de sus conquistadores. Dios es descrito, por tanto, 'como un pastor'" que cuida de su rebaño.
Posteriormente, en el Cántico se ofrece una reflexión sobre "la actuación del Señor como Creador del universo. (...) Nadie puede ser capaz de medir el inmenso universo creado por Dios. El profeta da a entender como los instrumentos humanos son ridículamente inadecuados para esta tarea".
El Papa señaló que el profeta Isaías delinea la "señoría de Dios sobre la historia, es decir, sobre las naciones, sobre la humanidad que puebla la tierra. Los habitantes de los territorios conocidos y también los de las regiones remotas, que la Biblia llama 'islas' lejanas, son una realidad microscópica respecto a la grandeza infinita del Señor".
"El fiel está invitado, por tanto, desde el inicio de la jornada, a la adoración del Señor omnipotente". San Jerónimo, concluyó, "se detiene sorprendido frente a una sorprendente verdad: la de Cristo, que 'siendo de condición divina (...) se despojó de sí mismo, tomando la condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres'. Aquel Dios infinito y omnipotente -anota- se ha hecho pequeño y limitado".
AG;CANTO ISAIAS;...;...;VIS;20021120;270;
Juan Pablo II afirmó que al inicio del Cántico "aparece la figura poderosa de Dios, que regresa a Jerusalén precedido por sus trofeos", que son "los judíos exiliados que ha liberado de la mano de sus conquistadores. Dios es descrito, por tanto, 'como un pastor'" que cuida de su rebaño.
Posteriormente, en el Cántico se ofrece una reflexión sobre "la actuación del Señor como Creador del universo. (...) Nadie puede ser capaz de medir el inmenso universo creado por Dios. El profeta da a entender como los instrumentos humanos son ridículamente inadecuados para esta tarea".
El Papa señaló que el profeta Isaías delinea la "señoría de Dios sobre la historia, es decir, sobre las naciones, sobre la humanidad que puebla la tierra. Los habitantes de los territorios conocidos y también los de las regiones remotas, que la Biblia llama 'islas' lejanas, son una realidad microscópica respecto a la grandeza infinita del Señor".
"El fiel está invitado, por tanto, desde el inicio de la jornada, a la adoración del Señor omnipotente". San Jerónimo, concluyó, "se detiene sorprendido frente a una sorprendente verdad: la de Cristo, que 'siendo de condición divina (...) se despojó de sí mismo, tomando la condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres'. Aquel Dios infinito y omnipotente -anota- se ha hecho pequeño y limitado".
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