CIUDAD DEL VATICANO, 8 FEB 2002 (VIS) - Juan Pablo II recibió este mediodía a los obispos y sacerdotes que participan en Roma en el IV encuentro internacional de la Comunidad de San Egidio, y cuyo tema de reflexión es el primado de la santidad y de la oración en la misión de la Iglesia.
Las reflexiones y conclusiones que sacaréis de este encuentro enriquecer n, dijo el Papa, vuestro "bagaje espiritual y pastoral para los próximos años. El siglo apenas iniciado espera que el Evangelio sea comunicado 'sine glossa', como le gustaba decir a san Francesco; espera discípulos que sean testigos coherentes hasta el final". Y tras recordar a los numerosos obispos, sacerdotes y laicos que dieron su vida por el Evangelio el siglo pasado, dijo: "Que el testimonio de estos 'nuevos mártires' que he querido recordar de modo particular durante el Jubileo, sea para todos nosotros un patrimonio precioso".
El Santo Padre se dirigió en modo especial a Andrea Riccardi, que "inició el camino de la Comunidad de San Egidio" hace 34 años. "Han sido años de escucha del Evangelio y de amistad con todos. Se podría decir que la amistad caracteriza todas las dimensiones de la vida de la Comunidad de San Egidio. La amistad vivida con sensibilidad evangélica es un modo eficaz de ser cristianos en el mundo: permite cruzar fronteras y colmar distancias, también cuando parecen insuperables. (...) Esta amistad se convierte en una fuerza de reconciliación; en una fuerza realmente necesaria en este tiempo dramáticamente marcado por conflictos y por enfrentamientos violentos".
Desde el primer encuentro de oración por la paz celebrado en Asís en 1986, la Comunidad ha promocionado anualmente encuentros "que han llevado el 'espíritu de Asís' a soplar en el cielo de varias ciudades europeas. Así ha nacido -terminó- como un singular movimiento de hombres y de mujeres de religiones diversas que, sin ninguna confusión, invocan incesantemente de Dios la paz para todos los pueblos".
AC;...;...;COMUNIDAD SAN EGIDIO;VIS;20020208;330;
Las reflexiones y conclusiones que sacaréis de este encuentro enriquecer n, dijo el Papa, vuestro "bagaje espiritual y pastoral para los próximos años. El siglo apenas iniciado espera que el Evangelio sea comunicado 'sine glossa', como le gustaba decir a san Francesco; espera discípulos que sean testigos coherentes hasta el final". Y tras recordar a los numerosos obispos, sacerdotes y laicos que dieron su vida por el Evangelio el siglo pasado, dijo: "Que el testimonio de estos 'nuevos mártires' que he querido recordar de modo particular durante el Jubileo, sea para todos nosotros un patrimonio precioso".
El Santo Padre se dirigió en modo especial a Andrea Riccardi, que "inició el camino de la Comunidad de San Egidio" hace 34 años. "Han sido años de escucha del Evangelio y de amistad con todos. Se podría decir que la amistad caracteriza todas las dimensiones de la vida de la Comunidad de San Egidio. La amistad vivida con sensibilidad evangélica es un modo eficaz de ser cristianos en el mundo: permite cruzar fronteras y colmar distancias, también cuando parecen insuperables. (...) Esta amistad se convierte en una fuerza de reconciliación; en una fuerza realmente necesaria en este tiempo dramáticamente marcado por conflictos y por enfrentamientos violentos".
Desde el primer encuentro de oración por la paz celebrado en Asís en 1986, la Comunidad ha promocionado anualmente encuentros "que han llevado el 'espíritu de Asís' a soplar en el cielo de varias ciudades europeas. Así ha nacido -terminó- como un singular movimiento de hombres y de mujeres de religiones diversas que, sin ninguna confusión, invocan incesantemente de Dios la paz para todos los pueblos".
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