CIUDAD DEL VATICANO, 12 ENE 2002 (VIS) - El Papa recibió esta mañana en audiencia en el Aula Pablo VI a 5.000 participantes en el congreso internacional que se ha celebrado en Roma con ocasión del centenario del nacimiento del Beato Josemaría Escriv de Balaguer, fundador del Opus Dei.
El Santo Padre recordó que durante el congreso, celebrado del 8 al 11 de enero, han reflexionado sobre "la grandeza de la vida corriente como camino hacia la santidad". Y afirmó que el Beato Escriv predicó desde el principio que "todos los bautizados están llamados a la plenitud de la caridad y que el modo más inmediato para alcanzar esta meta común se encuentra en la normalidad cotidiana".
"Para todo bautizado -continuó- que quiera seguir fielmente a Cristo, la fábrica, la oficina, la biblioteca, el laboratorio, el taller, las paredes domésticas pueden transformarse en otros tantos lugares de encuentro con el Señor. (...) También para nosotros, por tanto, lo cotidiano (...) puede adquirir el relieve de una dimensión sobrenatural y ser de este modo transfigurado".
Juan Pablo II subrayó que "el laico, santificando su propio trabajo en el respeto de las normas morales objetivas, contribuye eficazmente a edificar una sociedad más digna del hombre", cooperando "a plasmar el rostro de una humanidad atenta a las exigencias de la persona y del bien común".
"Siguiendo las huellas de vuestro fundador -añadió-, seguid con entrega y fidelidad vuestra misión. Mostrad con el esfuerzo cotidiano que el amor de Cristo puede informar toda la existencia, consintiendo llegar al ideal de aquella 'unidad de vida' que, como he puesto de relieve en la exhortación apostólica post-sinodal 'Christifideles laici' es fundamental en el compromiso de evangelización en la sociedad contemporánea".
"La oración, el trabajo y el apostolado, como habéis aprendido del Beato Josemaría, se encuentran y se funden -señaló el Papa- si se viven en este espíritu. El os ha alentado siempre a 'amar el mundo apasionadamente'. Y precisaba: 'Sed hombres y mujeres de mundo, pero no seáis hombres y mujeres mundanos'. Evitaréis así el peligro del condicionamiento de una mentalidad mundana que concibe el compromiso espiritual como algo ligado solo a la esfera privada y por tanto irrelevante en el comportamiento público".
"La tierra -concluyó Juan Pablo II- como recuerda vuestro fundador, es un camino para el cielo y la existencia de cada creyente, a pesar de sus cargas y sus límites, debe transformarse en un templo real en el que vive el Hijo de Dios hecho hombre".
AC;...;...;CONGRESO CENTENARIO ESCRIVA;VIS;20020114;410;
El Santo Padre recordó que durante el congreso, celebrado del 8 al 11 de enero, han reflexionado sobre "la grandeza de la vida corriente como camino hacia la santidad". Y afirmó que el Beato Escriv predicó desde el principio que "todos los bautizados están llamados a la plenitud de la caridad y que el modo más inmediato para alcanzar esta meta común se encuentra en la normalidad cotidiana".
"Para todo bautizado -continuó- que quiera seguir fielmente a Cristo, la fábrica, la oficina, la biblioteca, el laboratorio, el taller, las paredes domésticas pueden transformarse en otros tantos lugares de encuentro con el Señor. (...) También para nosotros, por tanto, lo cotidiano (...) puede adquirir el relieve de una dimensión sobrenatural y ser de este modo transfigurado".
Juan Pablo II subrayó que "el laico, santificando su propio trabajo en el respeto de las normas morales objetivas, contribuye eficazmente a edificar una sociedad más digna del hombre", cooperando "a plasmar el rostro de una humanidad atenta a las exigencias de la persona y del bien común".
"Siguiendo las huellas de vuestro fundador -añadió-, seguid con entrega y fidelidad vuestra misión. Mostrad con el esfuerzo cotidiano que el amor de Cristo puede informar toda la existencia, consintiendo llegar al ideal de aquella 'unidad de vida' que, como he puesto de relieve en la exhortación apostólica post-sinodal 'Christifideles laici' es fundamental en el compromiso de evangelización en la sociedad contemporánea".
"La oración, el trabajo y el apostolado, como habéis aprendido del Beato Josemaría, se encuentran y se funden -señaló el Papa- si se viven en este espíritu. El os ha alentado siempre a 'amar el mundo apasionadamente'. Y precisaba: 'Sed hombres y mujeres de mundo, pero no seáis hombres y mujeres mundanos'. Evitaréis así el peligro del condicionamiento de una mentalidad mundana que concibe el compromiso espiritual como algo ligado solo a la esfera privada y por tanto irrelevante en el comportamiento público".
"La tierra -concluyó Juan Pablo II- como recuerda vuestro fundador, es un camino para el cielo y la existencia de cada creyente, a pesar de sus cargas y sus límites, debe transformarse en un templo real en el que vive el Hijo de Dios hecho hombre".
AC;...;...;CONGRESO CENTENARIO ESCRIVA;VIS;20020114;410;
No hay comentarios:
Publicar un comentario