Ciudad
del Vaticano, 2 de febrero 2016 (Vis).-Publicamos hoy amplios
extractos del discurso que el Santo Padre improvisó ayer en el Aula
Pablo VI para los participantes en el Jubileo de la Vida Consagrada
para los que esta tarde celebrará la misa de clausura del Año de la
Vida Consagrada en la basílica de San Pedro.
''Había
preparado un discurso para esta ocasión sobre los temas de la vida
consagrada y sus tres pilares; hay otros, pero tres son los más
importantes: Profecía, proximidad y esperanza.
''Religiosos
y religiosas, es decir hombres y mujeres consagrados al servicio del
Señor, que siguen en la Iglesia este camino de una pobreza fuerte,
de un amor casto que les lleva a una paternidad y a una maternidad
espiritual para toda la Iglesia. Y una obediencia ... que no es
militar, no, no; esa es disciplina, otra cosa - una obediencia de
entrega del corazón. Y esta es la profecía. "Pero ¿ tu no
tienes ganas de hacer esto o lo otro? " - "Sí, pero de
acuerdo a las reglas que tengo que hacer esto.. Y de acuerdo con a
las disposiciones esto otro. Y si no veo algo claro, hablo con el
superior, con la superiora y, después del diálogo, obedezco."
Esta es la profecía, contra la semilla de la anarquía, que
siembra el diablo..La profecía es decir a la gente que hay un
camino de felicidad, de grandeza, un camino que te llena de alegría,
que es el camino de Jesús. Es la manera de estar cerca de Jesús. La
profecía es un don, es un carisma que se debe pedir al Espíritu
Santo: ''Que yo sepa decir esa palabra, en el momento adecuado; que
haga esta cosa en el momento adecuado; que toda mi vida sea una
profecía''.
''La
otra palabra es cercanía. Hombres y mujeres consagrados, pero no
para alejarse de la gente y tener todas las comodidades, sino para
acercarse y entender la vida de los cristianos y de los no
cristianos, los sufrimientos, los problemas, las muchas cosas que
sólo se entienden si un hombre y una mujer consagrados se hacen
prójimos... La vida consagrada no es un estado que me hace mirar a
los otros con desapego.... La vida consagrada debe llevar a la
cercanía con la gente: la cercanía física, espiritual, conocer a
la gente... Pero el primer prójimo de un consagrado o una
consagrada es su hermano o hermana de la comunidad ...Y debe ser una
proximidad buena, con amor.. Que es también una forma de alejarse de
los chismes... del terrorismo de los chismes. Porque el que
chismorrea es un terrorista en su comunidad porque lanza, como una
bomba, una palabra contra éste o aquella y se aleja. El apóstol
Santiago decía que tal vez la virtud humana y espiritual más
difícil era la de dominar la lengua...."Pero Padre, ¿si se
trata de un defecto, de algo que corregir?". Pues se lo dice a
la persona: usted tiene esta actitud que me molesta, o no está bien.
Y si no es conveniente - porque a veces no es oportuno – se lo
dice a la persona que puede arreglarlo, que puede resolver el
problema y a nadie más...."Pero ¿en el Capítulo ?". ¡Ahí
sí! En público, todo lo que se siente se tiene que decir; porque
hay una tentación de no decir las cosas en el capítulo, y luego
fuera: "¿Has visto la priora?, ¿Has visto el superior?''. Pero
¿porque no lo has dicho en el Capítulo? ... ¿Está claro? Son
virtudes de cercanía''.
''Y
la esperanza. Y os confieso que me cuesta mucho ver la disminución
de las vocaciones. Cuando recibo a los obispos y les pregunto:
"¿Cuántos seminaristas tienen?" - "4, 5 ".
Cuando, en vuestras comunidades religiosas – masculinas o
femeninas– tenéis un novicio, una novicia, dos ... y la comunidad
envejece... Cuando hay monasterios, grandes monasterios... en los que
hay solo o cuatro o cinco monjitas ancianas... Y todo esto hace que
me venga una tentación que va contra la esperanza: "Pero,
Señor, ¿qué sucede? ¿Por qué las entrañas de la vida
consagrada se han vuelto tan estériles? ". Algunas
congregaciones hacen el experimento de la "inseminación
artificial". ¿Qué hacen? Acogen... "Pero sí, ven,
ven''... Y luego hay una serie de problemas allí dentro ... ¡Se
debe acoger con seriedad! Se debe discernir si se trata de una
verdadera vocación y ayudarla a crecer. Y creo que contra la
tentación de perder la esperanza, que nos da esta esterilidad,
debemos rezar más...Y rezar sin cansarnos... "Nuestra
congregación necesita hijos, nuestra congregación necesita hijas
...". El Señor que es tan generoso no faltará a su promesa.
Pero tenemos que pedírselo .Tenemos que llamar a la puerta de su
corazón. Porque hay un peligro - y esto es muy feo , pero tengo que
decirlo - cuando una congregación religiosa ve que no tiene hijos y
nietos, y está empezando a ser cada vez más pequeña, se apega al
dinero. Y sabéis que el dinero es el estiércol del diablo. Cuando
no pueden tener la gracia de tener vocaciones e hijos, piensan que
el dinero salvará la vida ; y piensan en la vejez: Que no falte
ésto, que no falte aquello ... Y así no hay esperanza. La
esperanza está solamente en el Señor. El dinero no te la dará
nunca''.
''Y
muchas gracias por lo que hacéis. Las personas consagradas - cada
una con su propio carisma. Y quiero subrayar lo que hacen las
religiosas. ¿Cómo sería la Iglesia si no hubiera monjas? Ya lo
dije una vez: Cuando se va al hospital, a los colegios, a las
parroquias, a los barrios, a las misiones,... Hombres y mujeres que
dieron su vida ...Cuando vas al cementerio y ves que hay tantos
misioneros religiosos y tantas monjas muertos a los 40 años
porque contrajeron enfermedades, fiebres de esos países.., quemaron
su vida ... Uno dice: ¡Estos son santos, estas son semillas!
Debemos decirle al Señor que baje un poco a estos cementerios para
ver lo que hicieron nuestros antepasados y nos dé más vocaciones
porque las necesitamos''.
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