Ciudad
del Vaticano, 4 de febrero de 2016 (Vis).-El arzobispo Paul R.
Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, ha
intervenido hoy en la Conferencia de Países Donantes para Siria que
ha tenido lugar hoy en Londres (Reino Unido).
''La
Santa Sede -ha dicho el prelado- se complace en participar en la
Conferencia "Sostener a Siria y a la región'', que tiene como
objetivo responder a la crisis humanitaria en ese país, que
dolorosamente está llegando al sexto año. Se trata de una crisis
caracterizada por un creciente sufrimiento humano, que incluye casos
de desnutrición extrema de niños inocentes y de otros civiles,
especialmente entre el gran número de personas atrapadas en zonas de
difícil acceso y en estado de sitio y privadas de la asistencia
humanitaria esencial . A pesar de las esperanzas renovadas de una
solución política de la crisis, nuestros esfuerzos humanitarios se
concentran cada vez más no sólo en la ayuda de emergencia, sino
también en las necesidades a medio y largo plazo de los refugiados y
de los países que los reciben. Por lo tanto, la Santa Sede acoge con
satisfacción el acento puesto en esta conferencia de donantes sobre
la necesidad de proporcionar educación, empleo y desarrollo
económico'',
''Al
mismo tiempo que afrontamos las necesidades humanitarias, hay que
recordar -subrayó el arzobispo -que el coste real de esta crisis
humanitaria se mide por la muerte y el sufrimiento de millones de
seres humanos. En su reciente discurso al cuerpo diplomático
acreditado ante la Santa Sede, el 11 de enero, Francisco recordó la
voz de miles de personas que lloran, en fuga de horribles guerras, de
persecuciones y violaciones de los derechos humanos, o de
inestabilidad política o sociales, obligadas a huir para evitar la
barbarie incalificable practicado hacia las personas indefensas, como
los niños y los discapacitados, o el martirio solo por su afiliación
religiosa. Con la mirada puesta en el futuro, en la Primera Cumbre
Humanitaria Mundial que tendrá lugar en mayo, el Papa expresó el
deseo de que ese encuentro tenga éxito en su intento de poner a la
persona humana y su dignidad en el centro de cualquier respuesta
humanitaria."
El
Secretario para las Relaciones con los Estados recordo que la Santa
Sede, a través del Pontificio Consejo "Cor Unum", y la
Iglesia Católica, a través de su red de organizaciones benéficas,
han respondido desde el inicio a la crisis humanitaria en Siria y en
la región. La financiación que necesitan tantas instituciones
católicas y organizaciones no gubernamentales ya están incluidas
en el ''Plan Regional para los Refugiados y la Resiliencia 2016-2017
en respuesta a la crisis de Siria (3RP) de las Naciones Unidas''. Las
solicitudes de fondos para el plan 3RP solamente para 2016 son
considerablemente más altas que la cantidad requerida en el año
2015, de la que por desgracia se asingó solamente un 50 por ciento.
''Teniendo en cuenta las enormes necesidades humanitarias-añadió-
la Santa Sede une su voz a las peticiones de más fondos para la
asistencia a los refugiados y las comunidades de acogida, que sufren
su impacto, en los países 3RP: Jordania, Líbano, Irak, Turquía y
Egipto.
En
2015, las instituciones de la Iglesia Católica (diócesis, entes de
ayuda y organizaciones no gubernamentales católicas), con los fondos
recibidos gracias a los llamamientos de las conferencias
episcopales nacionales, a los donativos privados de los católicos de
todo el mundo y en colaboración con los gobiernos y las
organizaciones Internacionales, contribuyeron a proporcionar una
ayuda humanitaria cifrada en 150 millones de dólares, de los que se
han beneficiado directamente más de 4 millones de personas. Las
principales áreas prioritarias de las instituciones católicas en
2015 fueron: educación: 37 millones de dólares para programas de
formación en el Líbano y Jordania, tanto para los refugiados como
las comunidades de acogida; asistencia alimentaria: 30 millones de
dólares, de los cuales 25 millones han sido distribuidos en Siria;
asistencia no alimentaria: aproximadamente 30 millones de dólares en
Siria e Irak; salud: cerca de 16 millones de dólares destinados al
sector sanitario , especialmente en Siria, Jordania e Irak; y,
finalmente, la vivienda: 10 millones de dólares se han destinado al
alojamiento y la vivienda de los refugiados y desplazados internos.
Otros 12 millones de dólares han sido utilizados para proporcionar
asistencia directa en efectivo, agua y saneamiento, medios de
sustento y asistencia socio-psicológica.
''En
esta ocasión -concluyó mons. Gallagher- deseo asegurar el
compromiso de la Iglesia católica a seguir prestando asistencia
humanitaria en el próximo año. En la distribución de ayudas, los
organismos y los entes católicos no hacen distinciones respecto a la
identidad religiosa o étnica de las personas que la necesitan, y
tratan siempre de de dar prioridad a los más vulnerables y
necesitados. Son particularmente vulnerables las minorías
religiosas, entre las cuales los cristianos, que sufren en gran
medida de los efectos de la guerra y la agitación social en la
región. De hecho, su sola presencia y su existencia se ven
fuertemente amenazadas. Por esta razón, Francisco ha llamado
repetidamente la atención sobre las necesidades especiales de los
cristianos y de las minorías religiosas en el Oriente Medio''.
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