Ciudad
del Vaticano, 11 de noviembre de 2015 (Vis).-El arzobispo Francesco
Follo, Observador Permanente de la Santa Sede ante la UNESCO,
intervino el pasado 7 de noviembre en la XXXVIII Conferencia General
de ese organismo, que ha tenido lugar del 25 de octubre al 10 de
noviembre en París.
''La
UNESCO - dijo el prelado- está fuertemente involucrada en los
preparativos de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático
(COP 21) y estoy seguro de que la Organización, a través de su
Programa de Acción Mundial de Educación para el Desarrollo
Sostenible, tiene y tendrá un papel muy importante en hacer de la
educación al cambio climático un elemento central y visible de la
respuesta internacional a ese tema. Por eso , la Santa Sede acoge con
satisfacción... la Hoja de Ruta de la UNESCO para la ejecución de
dicho programa. Su objetivo es ayudar a la gente a entender el
impacto del calentamiento global y familiarizar mejor a los jóvenes,
en particular, con el cambio climático. Para conseguirlo el
programa fortalece la capacidad de los Estados miembros de garantizar
un educación de calidad al cambio climático, fomenta los enfoques
pedagógicos innovadores para incorporar la educación al cambio
climático en los programas escolásticos y favorece la
sensibilización sobre el cambio climático así como el
fortalecimiento de programas de educación informales a través de
los medios de comunicación, redes y asociaciones''.
El
arzobispo Follo señaló que el aniversario de la UNESCO era una
buena ocasión para hacer ''un balance de nuestra historia y
reflexionar sobre nuestro futuro común'' acogiendo la invitación
urgente del Santo Padre a ''un nuevo diálogo sobre el modo como
estamos construyendo el futuro del planeta. Francisco nos invita,
por lo tanto, a una educación "ecológica" que debe tener
en cuenta una ética de la vida y del diálogo''.
Ese
dialógo inicia ''con la toma de conciencia de que "habitar la
tierra'' consiste en vivir "en ella" con respeto, sobriedad
y simplicidad en lo que requerimos, tomamos, recibimos de ella...
Pero es también vivir "con ella y cuidar de ella''. Es
necesaria, pues, ''una actitud humana que viene del trabajo y de la
asunción de responsabilidad''.
Es
importante no olvidar que la relación entre el ser humano y la
naturaleza ''está sintetizada por el trabajo. En efecto, por un
lado, la naturaleza es expresión de un proyecto de amor y de verdad.
Nos precede y nos ha sido dada por Dios como un entorno de vida. Por
otra parte, la naturaleza está a nuestra disposición como un regalo
de Dios, que ha establecido su ordenamiento intrínseco para que el
hombre se oriente sobre cómo cultivarla y mantenerla''. Por cuanto
respecta a la responsabilidad, hay que decir simplemente, que en la
sucesión de generaciones, cada uno tiene deberes con los que le
suceden y que el primero de ellos es dejar como legado unas
condiciones humanas de vida en la Tierra''.
''Este
propósito -dijo al final mons. Follo- está inspirado por la
encíclica Laudato Si' dedicada a nuestra casa común por el Papa
Francisco. Concluyamos citando a su predecesor Benedicto XVI, que
invitaba a desarrollar una "ecología humana''. La inteligencia
nos pide, decía Benedicto XVI,que respetemos al prójimo al mismo
tiempo que a la casa donde vivimos... Francisco afirma que la
inteligencia pide que respetemos nuestra casa común porque así
demostrareemos nuestro amor al prójimo''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario