Ciudad
del Vaticano, 2 de septiembre de 2015 (Vis).-El
Santo Padre presidió ayer tarde en la basílica de San Pedro la
Liturgia de la Palabra en la primera Jornada Mundial de Oración por
el Cuidado de la Creación, que instituyó el pasado 10 de agosto y
que a partir de ahora la Iglesia Católica celebrará, como ya lo
hace la Iglesia Ortodoxa, el 1 de septiembre. Participaron en la
liturgia numerosos peregrinos y representantes de la curia romana,
mientras que el llamamiento del Papa a renovar la vocación de ser
custodios de la creación, han respondido en todo el mundo numerosas
personas y comunidades eclesiales.
La
homilía fue pronunciada por el Padre Raniero Cantalamessa,
predicador de la Casa Pontificia. Después de citar las fuentes
bíblicas, desde el Genésis al Libro de los Salmos, que describen la
relación del ser humano con el mundo creado por Dios, el Padre
Cantalamessa se centró en la figura de san Francisdo de Asís y en
su ''Cántico de las criaturas'', que el Papa ha elegido como marco
de su encíclica ''Laudato Si''.
''Las
palabras del santo que define hermoso, el sol, hermoso el hermano
fuego, claras y bellas las estrellas, son el eco de aquel "Y
Dios vio que todo era bello", del relato de la creación
-afirmó- El pecado fundamental contra lo creado,que precede a
todos los demás, es no es escuchar su voz, condenarlo
irremediablemente, como dice San Pablo a a la vanidad, a la
insignificancia... Francisco nos muestra el camino hacia un cambio
radical en nuestra relación con la creación: consiste en
reemplazar la posesión con la contemplación. Él descubrió una
manera diferente de disfrutar de las cosas que es la contemplar, en
lugar de ser dueño de ellas''.
''Ciertamente
-añadió- Francisco no tenía la visión global y planetaria del
problema ecológico, sino una visión local, inmediata. Pensaba en lo
que él podía hacer y en lo que eventualmente podían hacer sus
frailes. Una vez más, sin embargo, nos enseña algo. Un lema ahora
muy de moda dice: "Piensa globalmente, actúa localmente" .
¿Qué sentido tiene, por ejemplo, enfadarse con los los que
contaminan la atmósfera, los océanos y los bosques, si yo no dudo
en lanzar la orilla de un río o del mar, una bolsa de plástico que
permanecerá allí durante siglos, si alguien no la recupera, si tiro
en cualquier lugar, en la calle o en el bosque, las cosas de las
que me quiero librar, o embadurno las paredes de mi ciudad?''.
''La
salvaguardia de la creación, como la paz -finalizó- se hace, como
diría nuestro Santo Padre Francisco, "artesanalmente",
empezando inmediatamente por uno mismo. La paz comienza contigo, como
a menudo se repite en los mensajes para el Día Mundial de la Paz;
también la salvaguardia de la creación comienza contigo. Era lo que
un representante ortodoxo afirmaba ya en Asamblea ecuménica de
Basilea en 1989, sobre "Justicia, paz y salvaguardia de la
creación": "Sin un cambio en el corazón humano, la
ecología no tiene esperanzas de éxito''.
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