Ciudad
del Vaticano, 9 abril 2015 (VIS).- ''En el Principio...la Palabra se
hizo carne'' es el nombre del pabellón de la Santa Sede en la LVI
edición de la Bienal de Arte de Venecia (9 de mayo -22 de noviembre
2015) que ha sido presentado esta mañana por el cardenal cardenal
Gianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo de la Cultura y
Comisario del pabellón, junto con Paolo Baratta, Presidente de la
Bienal y Micol Forti, Responsable de la Colección de Arte
Contemporáneo de los Museos Vaticanos y de dicho pabellón.
El
cardenal Ravasi ha explicado en la Oficina de Prensa de la Santa Sede
que, en sintonía con la experiencia de la participación en la
bienal de 2013, esta vez también se replanteará el diálogo entre
arte y fe, del mismo modo que es necesario interrogarse sobre la
relación entre la Iglesia y el arte contemporáneo. ''En continuidad
con la primera edición -ha dicho- el Pabellón de la Santa Sede en
esta LVI edición desarrolla el tema del ''Principio'' con un
recorrido que lleva del Antiguo al Nuevo Testamento haciendo del
Logos y de la carne los términos de una relación constante''.
''La
referencia al Génesis, entendido como creación, de-creación,
re-creación, constituía en 2013 el objeto de una reflexión que
encuentra ahora en el prólogo del Evangelio de San Juan un nuevo
término de confrontación. De este último, se evidencian dos polos
esenciales: la Palabra trascendente que es ''en el principio'' y, al
mismo tiempo, revela la naturaleza dialógica y comunicativa del Dios
de Jesucristo, y la Palabra que se hace ''carne'', cuerpo, para
llevar la presencia de Dios en la esencia de la humanidad, sobre todo
allí donde se muestra más herida y sufriente. La dimensión
vertical-trascendente del Logos y la horizontal-inmanente de la
''carne'' constituyen, en este sentido, los ejes. A ellos, con su
entrecruzarse, es necesario referirse para comprender las obras
presentadas y el diálogo que entablan entre ellas en el espacio
expositivo''.
Micol
Forti ha presentado las obras y los artistas presentes en el
Pabellón, recordando que el lazo inseparable entre Logos y
carne,''produce un dinamismo dialéctico... que suscita tanto en los
autores como en el público la reflexión sobre un binomio que está
en la raíz de la humanidad''. Todos los artistas son jóvenes, de
diversa procedencia, experiencias, visión ética y estética y las
obras que presentan se inspiran en el prólogo del Evangelio de San
Juan. Entre ellos la colombiana Monika Bravo que, como ha ilustrado
Forti, ''elabora una narración descompuesta y recompuesta sobre 6
pantallas y otros tantos paneles transparentes, colocados en paredes
de fuertes colores, en las que la naturaleza, la palabra -escrita y
pronunciada- y la abstracción artística se presentan como elementos
activos de una visión heurística, abierta a un margen de
indeterminación experimental en la elaboración de un nuevo espacio
de percepción y de una plenitud sensorial''.
Elpida
Hadzi-Vasileva, macedonia, ha proyectado una instalación monumental,
arquitectónica, cuyo tejido, casi una piel, un manto, acoge al
visitante en una dimensión al mismo tiempo física y simbólica.
Está realizado con material orgánico de descarte, en un trayecto
que va del ''ready-made'' (ya listo) al ''re-made'' (rehecho). ''La
carne se hace historia -afirma Forti- en la realidad que restituye
sin falsificación el fotógrafo mozambiqueño Mário Macilau''. Se
trata de 9 fotografías en blanco y negro realizadas en Maputo,
capital de Mozambique, y dedicadas a los chicos de la calle que desde
niños se enfrentan a la vida como supervivencia. ''No se trata de un
reportaje fotográfico, sino de una obra poética que trastoca los
nexos entre el ahora y lo que ya sucedió, lo cercano y lo lejano, lo
visible y lo que no se puede ver''.
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