Ciudad
del Vaticano, 24 de marzo (VIS).-El arzobispo Bernardito Auza,
Observador Permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas en
Nueva York, intervino el pasado 13 de marzo en la 59ª sesión de la
Comisión sobre la Condición de la Mujer que ha analizado la
Declaración y la Plataforma de acción de Beijing con el fin de
presentar los avances hacia la igualdad de las mujeres en un programa
de desarrollo posterior a 2015.
''Ha
habido considerables avances en la causa de las mujeres en muchos
países, especialmente en los ámbitos de la educación, la
representación política y la participación económica -dijo el
nuncio- Sin embargo, a pesar de los admirables esfuerzos y los
importantes avances todavía demasiadas mujeres siguen teniendo que
lidiar con la discriminación y con muchas formas de violencia
simplemente porque son mujeres''.
''El
objetivo de erradicar la pobreza, especialmente la pobreza extrema,
es una preocupación central de la Santa Sede. La Iglesia Católica
tiene una experiencia casi inigualable en cuanto a las necesidades
de los pobres, gracias su compromiso bimilenario y a los cientos de
miles de programas e instituciones que se ocupan de las mujeres y
hombres pobres de todo el mundo -prosiguió- La promoción de
economías inclusivas y equitativas repercute profundamente en la
mejora de la condición de la mujer. De hecho, las mujeres viven
dificultades económicas únicas relacionadas con las políticas de
empleo injustas, con el pago de diferentes salarios por el mismo
trabajo, con la negativa de acceso al crédito y a la propiedad y
por su victimización en situaciones de conflicto y migración.
Aunque las mujeres constituyan la mayoría de los pobres y se vean
afectadas por la carga de la pobreza en formas muy específicas,
están en primera línea en el frente de batalla para erradicar la
pobreza extrema. Desde esta perspectiva, la lucha por la promoción
de la mujer también debe significar que se asegure la igualdad de
acceso a los recursos, al capital y la tecnología''.
El
arzobispo subrayó que ''varios estudios han demostrado que las
estructuras familiares frágiles y el declive del matrimonio entre
los pobres están muy estrechamente vinculadas a la pobreza entre las
mujeres. Se deja sólas a las madres solteras cuando se trata de
criar a los hijos y muchas madres en situaciones difíciles no
pueden mandarlos a la escuela, haciéndoles entrar así en el círculo
vicioso de la pobreza y la marginación...Numerosos informes de la
Secretaría General han hecho hincapié en la centralidad de la
familia para la erradicación de la pobreza y el desarrollo
sostenible''.
Asimismo
la Santa Sede toma nota del informe de la Oficina del Alto
Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos sobre los problemas y
ataques que experimentan las niñas en el acceso a la educación.
''Mi delegación -afirmó el Observador Permanente- está convencida
de que la lucha por la igualdad de acceso de las niñas a la
educación, especialmente a la educación de calidad, es un elemento
indispensable en la lucha por la promoción de la mujer …. y
reitera la disponibilidad del Papa Francisco para trabajar con todos
los que luchan diariamente para construir un mundo que trata a las
mujeres como iguales en la práctica, en la diversidad de dones y
fuerzas, para el bien común de todo el mundo''
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