Ciudad
del Vaticano, 13 de febrero de 2015 (Vis).- El Consistorio
Extraordinario del Colegio Cardenalicio con el Papa Francisco no ha
dado por terminada su tarea esta mañana como estaba previsto. Los
trabajos continuarán por la tarde con la audición del cardenal Sean
O'Malley que informará a los purpurados sobre la labor de la
Comisión para la Protección de los Menores de la que es presidente,
según informó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede,
Padre Federico Lombardi S.I.
Ayer
jueves, la reunión prosiguió, en una atmósfera serena y
constructiva, con la intervención de otros 28 cardenales que
abordaron desde diversas perspectivas el tema de la reforma de la
Curia, centrándose en la relación entre la Curia y las iglesias
locales, y subrayando la importancia de servir mejor a la Iglesia en
el mundo. Se habló de descentralización y una palabra recurrente
fue ''subsidiaridad''. También se invitó a la reflexión acerca de
que es lo que se puede hacer mejor y dónde, es decir, en que casos
es más útil la acción de los dicasterios romanos y en que otros lo
es la de las diócesis y las conferencias episcopales.
Otras
intervenciones estuvieron dedicadas a la utilidad e importancia del
servicio central de la Santa Sede, a la luz de la experiencia de
varios países en que la Iglesia, siendo débil y pudiendo estar
sometida a presiones, se siente más sostenida gracias a la labor del
Vaticano.
La
coordinación dentro de la Curia se abordó con un enfoque no
meramente funcional, sino en la óptica del sentido de comunión
entre los diversos dicasterios, de comunicación que crea unión en
la misión común, En concreto se habló de las comisiones
interdicasteriales como instrumentos para conseguir ese objetivo y se
insistió en dar continuidad a ese tipo de coordinación.
Por
cuanto respecta a las relaciones internacionales de la Santa Sede se
puso el acento en la competencia de la Secretaría de Estado en su
relación con las organizaciones y organismos internacionales como
garantía de cohesión y toma común de decisiones. Pero eso no
significa que la Secretaría de Estado actúe sola, al contrario, ha
de involucrar a los dicasterios con competencias específicas en ese
ámbito, siempre con una unidad de conducción.
La
simplificación es un criterio compartido. Hubo diversas
consideraciones acerca de la calificación de las personas que
trabajan en la Curia, tanto desde el punto de vista de la competencia
profesional como del espíritu eclesial y la dedicación. Se hizo
hincapié en la necesidad de que procedan de diversas partes del
mundo y de la Iglesia para reflejar mejor su universalidad. En este
ámbito se habló del papel de los laicos y, en particular de las
mujeres en la asunción de puestos de responsabilidad en la Curia
Romana.
Algunos
cardenales se centraron en los elementos positivos de la
Constitución Apostólica Pastor Bonus que no deberían perderse; por
ello las tareas de reforma tendrían que tener una determinada
continuidad con ese documento, sobre todo desde el punto de vista
eclesiológico.
Se
registró también un amplio consenso acerca de una implementación
gradual de la reforma, en vez de esperar a que el proceso finalice
por completo.
La
reunión de esta mañana, en que los presentes eran 164 , se centró
en gran parte en una vasta relación con cuatro intervenciones, sobre
temas económicos. La introducción corrió a cargo del cardenal
George Pell, Prefecto de la Secretaría de Economía y a continuación
tomó la palabra Joseph F.X. Zahra, Presidente de la Comisión
referente sobre la estructura económica y administrativa (COSEA)
que refirió sobre el estudio que efectuó el año pasado esa
comisión sobre los problemas organizativos de la Santa Sede e
informó sobre la actividad desempeñada por la misma. Era la primera
vez que el Consejo Cardenalicio, dada la nutrida presencia de
purpurados, recibía una información tan detallada. Después tomó
la palabra el cardenal Reinhard Marx para explicar la composición,
la tarea, la actividad y las competencias del Consejo de Economía.
Posteriormente
intervino de nuevo el cardenal Pell que notificó acerca de la
actividad reciente de la Secretaría, centrada en los balances del
año que acaba de comenzar. Por último Jean-Baptiste de Franssu,
Presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR) habló de
la situación de dicho ente.
Finalizadas
las intervenciones los cardenales plantearon algunas preguntas a los
oradores. Además de pedir algunos detalles más específicos, los
purpurados manifestaron su aprecio por la labor de reorganización y
su certeza de que se está hablando de una reforma convincente que
insiste en la transparencia, la integridad y la competencia.
También se apreció la celeridad con que se ha puesto en marcha
dado que ya hay organismos que trabajan siguiendo las nuevas
directrices. La reforma, se afirmó, refuerza la credibilidad de la
iglesia.
Hubo
también otras preguntas más tecnicas, sobre las competencias de
varios organismos y la relación entre la Santa Sede y el Estado de
la Ciudad del Vaticano.
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