Ciudad
del Vaticano, 1 diciembre 2014
(VIS).- Como es habitual en el vuelo de regreso de Estambul a Roma,
el Papa Francisco departió con los periodistas que lo acompañaban.
Las preguntas tocaron sobre todo los temas de las relaciones entre
islam y cristianismo y del ecumenismo
El
Santo Padre afirmó que el Corán es un libro de paz y que no se
pueden equiparar Islam y terrorismo pero sería necesario que los
líderes musulmanes tanto políticos, como religiosos o académicos
condenasen los atentados terroristas para que el pueblo lo escuchase
por boca de su líderes. También reveló que en la Mezquita Azul
rezó sobre todo por la paz. Refiriéndose más tarde a la llamada
''cristianofobia'', de contraponer a la ''islamofobia'' ,subrayó que
hoy hay tantos mártires cristianos entre la población de Oriente
Medio y mencionó a las poblaciones obligadas a abandonar sus
hogares. Es un martirio que toca a las diversas confesiones
cristianas y del que nace el ecumenismo de la sangre.
Hablando
de Oriente Medio recordó la situación de Siria condenando el
tráfico y la venta de armas y reiteró que detrás de las guerras
hay siempre problemas políticos, económicos, e intereses
comerciales para salvar un sistema que pone en el centro al dios
dinero y no a la persona humana. El Papa observó que le parecía
estar viviendo una tercera guerra mundial en fragmentos diseminada
por todas partes y refirmó su deseo de ir a Iraq aunque en este
momento no sería posible porque supondría un problema para las
autoridades y para la seguridad. Francisco reveló que consideraba un
tema muy importante la apertura de la frontera turco-armenia pero
sabía que había problemas geopolíticos que lo hacían difícil e
invitó a rezar y a contribuir para que la apertura se hiciera
realidad.
El
Papa trató en profundidad la cuestión del ecumenismo señalando que
era un camino que había que proseguir juntos y poniendo de relieve
el ecumenismo espiritual, es decir, rezar, trabajar y hacer obras de
caridad juntos. Dijo, además, que con la ortodoxia se va por muy
buen camino gracias a los sacramentos y a la sucesión apostólica y
que sería fundamental dar respuesta a la cuestión planteada por
Juan Pablo II cuando pidió a los ortodoxos que le ayudasen a
encontrar una fórmula de primado aceptable también para esas
iglesias. Asimismo manifestó su deseo de ir a Moscú para
encontrarse con el Patriarca Kyril, pero no ahora por las
dificultades en Ucrania. Siempre hablando del ecumenismo recalcó
que cuando la Iglesia se mira a sí misma y no a Cristo, cuando cree
que ella es la luz y no la portadora de la luz, crea divisiones y por
último manifestó el deseo de que los cristianos pudieran celebrar
la Pascua en la misma fecha.
Una
de las últimas preguntas fue sobre el Sínodo. Francisco hizo
hincapié en que el Sínodo es un recorrido, un camino y que no se
pueden considerar de forma aislada la opinión de una persona o el
borrador de un documento. El Sínodo tampoco es un parlamento sino un
espacio protegido donde puede dejar oír su voz el Espíritu.
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