Ciudad
del Vaticano, 20 noviembre 2014
(VIS).-Se ha abierto hoy en Roma el tercer Congreso Mundial de los
Movimientos eclesiales y de las Nuevas comunidades, organizado por el
Consejo Pontificio para los Laicos para responder a la llamada a la
conversión misionera lanzada por el Papa Francisco a todos los
cristianos en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
El
congreso -el tercero de este tipo tras los celebrados bajo el
pontificado de san Juan Pablo II en 1998 y de Benedicto XVI en 2006-
cuenta con la participación de más de 300 miembros de asociaciones
laicas procedentes de 40 países, reunidos para reflexionar sobre el
tema ''La alegría del evangelio: una alegría misionera''.
Ha
abierto los trabajos el cardenal Stanislaw Rylko, presidente de ese
Consejo Pontificio, recordando el rico magisterio de los tres últimos
pontífices sobre lo que San Juan Pablo II definió ''La nueva
estación de agregación de los fieles laicos''. El purpurado subrayó
que el pontífice santo siguió muy de cerca el rápido desarrollo de
los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades, acompañándolo
con su palabra clara e iluminadora... e indicó una nueva etapa para
la vida de los nuevos carismas: la de la madurez, tras el
florecimiento inicial''.
Para
Benedicto XVI, prosiguió, ''las múltiples formas y la unidad de los
carismas y ministerios eran inseparables de la vida de la Iglesia. El
Espíritu Santo quiere la multiplicidad de movimientos al servicio
del único Cuerpo que es la Iglesia''.
El
Papa Francisco que conoce muy bien la realidad de los movimientos
eclesiales insiste, agregó el cardenal Rylko, ''en afirmar que los
nuevos carismas no son un patrimonio cerrado, entregado a un grupo
para que lo guarde; se trata, en cambio, de regalos del Espíritu
integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es
Cristo, desde donde se encanalan en un impulso evangelizador''.
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