Ciudad
del Vaticano, 21 octubre 2014
(VIS).-Un Estado de derecho basado en los principios de la justicia,
fue el tema central del discurso pronunciado el pasado 13 de octubre
en la sede de Naciones Unidas en Nueva York por el arzobispo
Bernardito Aúza, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU,
en el curso de la 69 sesión de la Asamblea General.
''Aunque
el compromiso por el estado de derecho pueda parecer universal
-afirmó el prelado- todavía persistente el desacuerdo sobre la
definición del mismo. La delegación de la Santa Sede ha apoyado una
definición de estado de derecho que se basa tanto racional como
moralmente en los principios fundamentales de la justicia, incluyendo
la dignidad inalienable y el valor de cada persona humana antes de
cualquier ley o consenso social; y, como consecuencia del
reconocimiento de esa dignidad, los elementos fundamentales de
justicia, tales como el respeto del principio de legalidad (nullum
crimen sine lege), la presunción de inocencia y el derecho a un
juicio justo. Del mismo modo, en lo que respecta a las relaciones
entre los Estados, el estado de derecho significa el máximo respeto
por los derechos humanos, la igualdad de derechos de las naciones; y
el respeto del derecho consuetudinario internacional, de los tratados
(pacta sunt servanda) y de otras fuentes del derecho internacional''.
''Por
esta razón, en los futuros debates sobre el estado de derecho
-prosiguió- mi delegación apreciaría mayor atención a la persona
humana y a la sociedad en que vive, porque, más allá de la policía,
los tribunales, los jueces, los fiscales y todos el resto de la
infraestructura jurídica, el estado de derecho no se puede lograr
sin la confianza social, la solidaridad, la responsabilidad
ciudadana, el buen gobierno y la educación moral. La familia, las
comunidades religiosas y la sociedad civil desempeñan un papel vital
en la creación de una sociedad que promueva la integridad pública y
la defensa del estado de derecho''.
Después
el arzobispo observó que en el centro del marco internacional que
rige el estado de derecho están la Carta de las Naciones Unidas y
los mandatos contenidos en sus fines y en sus principios. ''En el
ejercicio de estas facultades -subrayó- es oportuno destacar el
compromiso de los Estados de cumplir con su obligación de promover
el respeto universal de todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales de cada individuo, así como de fomentarlos y
protegerlos. Si el estado del derecho internacional tiene como
objetivo reflejar la justicia, las estructuras para la protección
internacional de las personas deben ser aplicadas con justicia e
imparcialidad por los Estados con el fin de garantizar la igualdad de
recurso a las protecciones disponibles contenidas la Carta de las
Naciones Unidas. Me refiero en particular -recalcó- a las minorías
religiosas y étnicas en el Oriente Medio y otras regiones, que
esperan medidas urgentes para obtener esta protección, incluso a
través de una posterior elaboración jurídica de la
responsabilidad de proteger''.
''La
"responsabilidad de proteger" es un reconocimiento de la
igualdad de todos ante la ley, basada en la dignidad innata de cada
hombre y de cada mujer. La Santa Sede desea reafirmar que todo Estado
tiene el deber fundamental de proteger a la propia población de las
graves y prolongadas violaciones de los derechos humanos y de las
consecuencias de las crisis humanitarias. Si los Estados no son
capaces de garantizar esta protección, la comunidad internacional
debe intervenir con los medios jurídicos previstos por la Carta de
las Naciones Unidas y por otros instrumentos internacionales. La
acción de las instituciones internacionales, siempre y cuando
respete los principios que son la base del orden internacional, no
puede ser interpretada como una imposición injustificada o como
limitación de soberanía''.
Por
último el nuncio reiteró que la Santa Sede espera que el fenómeno
cada vez más alarmante del terrorismo internacional, ''nuevo en
algunas de sus expresiones y profundamente despiadado en su barbarie,
pueda representar una oportunidad para un estudio más detallado y
urgente sobre cómo implementar el marco jurídico internacional de
la aplicación multilateral de nuestra responsabilidad común de
proteger a las personas contra toda forma de agresión injusta''
No hay comentarios:
Publicar un comentario