Ciudad
del Vaticano, 21 de junio 2014 (VIS).-El Papa Francisco ha comenzado
su visita pastoral a Cassano all'Jonio con un encuentro con los
reclusos del penitenciario de Castrovillari para expresar su
cercanía y la de la Iglesia a cada hombre y mujer que está en la
cárcel en cualquier parte del mundo y recordarles, además, las
palabras de Jesús: ''Estaba en la cárcel y vinisteis a verme''.
El
Papa que, procedente del helipuerto vaticano, llegó a las 9 a
Castrovillari, se dirigió a pie al centro penitenciario donde fue
recibido por su director, Fedele Rizzo, y tras escuchar las palabras
de uno de los reclusos en el patio de la prisión, pronunció el
siguiente discurso:
''Cuando
se habla de los detenidos, a menudo se hace hincapié en el tema del
respeto de los derechos humanos fundamentales y la necesidad de
ajustarse a las condiciones de cumplimiento de la pena. Este aspecto
de la política penitenciaria es, sin duda, esencial a este respecto
y siempre hay que prestarle una escrupulosa atención. Pero esta
perspectiva no es suficiente, si no va acompañada y completada de un
compromiso concreto de las instituciones, con miras a una integración
efectiva en la sociedad. Cuando se descuida este objetivo, la
ejecución de la sentencia se degrada a un mero instrumento de
castigo y represalia social, a su vez perjudicial para el individuo
y para la sociedad. Y Dios no hace ésto, con nosotros. Dios cuando
nos perdona, nos acompaña y nos ayuda en el camino. Siempre. También
en las cosas pequeñas. Cuando vamos a confesarnos, el Señor nos
dice: ''Yo te perdono. Pero ahora ven conmigo''. Y nos ayuda a
reanudar el camino. No condena nunca. Nunca perdona solamente, sino
que perdona y acompaña. Luego somos frágiles y tenemos que recurrir
a la confesión, todos. Pero El no se cansa. Nos toma siempre de la
mano. Este es el amor de Dios, y nosotros tenemos que imitarlo. La
sociedad debe imitarlo. Seguir este camino.
Por
otro lado, una reinserción verdadera y plena de la persona no se
produce como el final de un camino únicamente humano. De este camino
forma también parte el encuentro con Dios, la capacidad de dejarnos
mirar por Dios, que nos ama. Es más difícil dejarse mirar por Dios
que mirar a Dios. Es mas difícil dejarse encontrar por Dios que
encontrar a Dios, porque en nosotros hay siempre resistencias. Y El
te espera, El nos mira, El nos busca siempre. Este Dios que nos ama,
que es capaz de entendernos, capaz de perdonar nuestros errores. El
Señor es un maestro de reinserción: nos toma de la mano y nos lleva
de nuevo a la comunidad social . El Señor siempre perdona, siempre
acompaña, siempre incluye; nuestra tarea es la de dejarnos entender
, dejarnos perdonar, dejarnos acompañar.
A
cada uno de vosotros os deseo que este tiempo no se pierda, sino
que pueda ser un tiempo precioso durante el cual solicitar y obtener
de Dios esta gracia. Haciendo así contribuiréis a hacer mejores,
en primer lugar a vosotros mismos, pero al mismo tiempo también a
la comunidad, ya que, para bien o para mal, nuestras acciones
influyen en los demás y en toda la familia humana.
Ahora
quiero dirigir un saludo afectuoso a vuestros familiares: ¡Que el
Señor os conceda volver a abrazarlos en la serenidad y la paz! . Y
por último, ánimo para todos los que están en casa : dirección,
agentes de policía penitenciaria y para todo el personal. Os
bendigo a todos y os encomiendo a la protección de la Virgen María,
nuestra Madre. Y por favor, os pido que recéis por mí, porque yo
también me equivoco y tengo que hacer penitencia. Gracias''-
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