Ciudad
del Vaticano, 11 diciembre 2013
(VIS).- Mañana es la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona
de toda América y, con ese motivo, durante los saludos en español,
el Papa ha dirigido unas palabras a todos los hermanos y hermanas de
ese Continente, pensando en la Virgen de Tepeyac.
Cuando
la Virgen se apareció a san Juan Diego “su rostro era el de una
mujer mestiza y sus vestidos estaban llenos de símbolos de la
cultura indígena. Siguiendo el ejemplo de Jesús, María se hace
cercana a sus hijos, acompaña como madre solícita su camino,
comparte las alegrías y las esperanzas, los sufrimientos y las
angustias del Pueblo de Dios, del que están llamados a forman parte
todos los pueblos de la tierra”
La
aparición de la imagen de la Virgen en la tilma de Juan Diego fue
“un signo profético de un abrazo, el abrazo de María a todos los
habitantes de las vastas tierras americanas, a los que ya estaban
allí y a los que llegarían después”.
“Este
abrazo de María señaló el camino que siempre ha caracterizado a
América: ser una tierra donde pueden convivir pueblos diferentes,
una tierra capaz de respetar la vida humana en todas sus fases, desde
el seno materno hasta la vejez, capaz de acoger a los emigrantes, así
como a los pobres y marginados de todas las épocas. Una tierra
generosa.
“Éste
-ha concluido el Papa- es el mensaje de Nuestra Señora de
Guadalupe, y éste es también mi mensaje, el mensaje de la Iglesia.
Animo a todos los habitantes del Continente americano a tener los
brazos abiertos como la Virgen María, con amor y ternura. Pido por
todos ustedes, queridos hermanos y hermanas de toda América, y
también ustedes recen por mí. Que la alegría del Evangelio esté
siempre en sus corazones. El Señor los bendiga y la Virgen los
acompañe”
No hay comentarios:
Publicar un comentario