Ciudad
del Vaticano, 23 octubre 2013
(VIS).- Antes de la Audiencia General el Santo Padre ha recibido, en
el Aula Pablo VI, a los participantes del Congreso Nacional de
Capellanes de las Cárceles italianas. Francisco ha aprovechado ese
momento para pedir a los presentes que hicieran llegar su saludo a
todos los presos. “Decidles que rezo por ellos, rezo al Señor y la
Virgen para que puedan superar positivamente este periodo difícil de
sus vidas. Que no se desanimen, ni se cierren, porque el Señor está
cerca de ellos, no está fuera de sus celdas sino dentro. También él
-ha dicho- es prisionero de nuestro egoísmo, de nuestros sistemas,
de tanta injusticia, porque es más fácil castigar a los más
débiles mientras los peces grandes nadan libremente en el agua.
Ninguna celda está tan aislada como para excluir al Señor”.
El
Papa ha contado la relación de amistad que mantiene con un preso de
Buenos Aires y ha dicho a los capellanes que su misterio comprometido
e importante, “expresa una de las obras de misericordia, hace
visible la presencia del Señor en las cárceles y en las celdas.
Sois signo de la cercanía de Cristo a estos hermanos que necesitan
esperanza -les ha recordado-. Recientemente habéis hablado de una
justicia de reconciliación y de esperanza, de puertas abiertas, de
horizontes. Esto no es una utopía, se puede conseguir. No es fácil,
porque nuestras debilidades están por todas partes, el diablo está
por todas partes y las tentaciones están por todas partes, pero -les
ha animado- hay que intentarlo”.
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