Ciudad
del Vaticano, 25 de noviembre 2012 (VIS).-Al final de la
concelebración eucarística con los nuevos cardenales, el Santo
Padre, como es habitual, ha salido a mediodía a la ventana de su
estudio para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de
San Pedro. El Papa ha recordado que la solemnidad de Nuestro Señor
Jesucristo Rey del Universo, que cierra el año litúrgico “resume
el misterio de Jesús “primogénito de los muertos y dominador de
todos los poderosos de la tierra”.
“Toda
la misión de Jesús y el contenido de su mensaje -ha dicho-
consisten en anunciar el Reino de Dios y actuarlo en medio de los
hombres con signos y prodigios. “Pero – como recuerda el Concilio
Vaticano II – ante todo el Reino se manifiesta en la misma persona
de Cristo” que lo ha instaurado mediante su muerte en la cruz y su
resurrección, con la que se ha manifestado cual Señor y Mesías y
Sacerdote eterno. Este Reino de Cristo ha sido confiado a la Iglesia,
que es su “germen” e “inicio” y tiene el deber de anunciarlo
y difundirlo entre todas las gentes, con la fuerza del Espíritu
Santo. Al término del tiempo establecido, el Señor entregará a
Dios Padre el Reino y le presentará a todos los que han vivido según
el mandamiento del amor .Todos nosotros estamos llamados a prolongar
la obra salvífica de Dios convirtiéndonos al Evangelio y
poniéndonos con decisión al servicio del Rey que no ha venido para
ser servido sino para servir y dar testimonio de la verdad”.
En
esa perspectiva Benedicto XVI ha invitado invito a rezar por los
seis nuevos Cardenales, creados ayer, “para que el Espíritu Santo
los refuerce en la fe y en la caridad y los colme con sus dones, de
modo que vivan su nueva responsabilidad como una entrega aún mas
fuerte a Cristo y a su Reino”.
“Que
la Virgen nos ayude a todos a vivir el tiempo presente en espera del
regreso del Señor, pidiendo con fuerza a Dios: “Venga tu Reino”,
y cumpliendo esas obras de luz que nos acerca cada vez más al Cielo,
conscientes de que, en las atormentadas vicisitudes de la historia,
Dios sigue construyendo su Reino de amor”, ha concluido el Papa.
Después
de la oración mariana, Benedicto XVI ha señalado que ayer en
Macas, Ecuador, fue proclamada beata María Troncatti, religiosa de
las Hijas de María Auxiliadora y nacida en la italiana Val Camonica.
La nueva beata, fue enfermera durante la primera Guerra Mundial,y
después se trasladó a Ecuador donde “se entregó totalmente al
servicio de las poblaciones de la selva, a la evangelización y a la
promoción humana”.
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