CIUDAD DEL VATICANO, 10 MAR 2010 (VIS).-El arzobispo Silvano Tomasi, C.S., Observador Permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, intervino el pasado 3 de marzo en la XIII Sesión Ordinaria del Consejo de Derechos Humanos, que debate la crisis económica y financiera mundial.
Antes de empezar su discurso, el arzobispo expresó las "condolencias y la solidaridad de la Santa Sede al pueblo de Chile por las víctimas del reciente terremoto".
A continuación, el nuncio reafirmó la convicción de que "la perspectiva de los derechos humanos aporta una contribución positiva en la resolución de la crisis financiera actual", que necesita "nuevas normas y un sistema global y sólido de gobierno que garantice una trayectoria sostenible y general para el desarrollo".
El arzobispo citó entre las consecuencias negativas de la crisis financiera "el escándalo del hambre, la desigualdad creciente en todo el mundo, los millones de personas sin trabajo o reducidas a la pobreza extrema, (...) la ausencia de protección social para los más vulnerables", y recordó que Benedicto XVI afirma en su encíclica "Caritas in veritate" que "separar la gestión económica, a la que correspondería únicamente producir riqueza, de la acción política, que tendría el papel de conseguir la justicia mediante la redistribución, es causa de graves desequilibrios".
"El objetivo común es la protección y el respeto de la dignidad que acomunan a la entera familia humana. (...) En este contexto, la revisión del Consejo de Derechos Humanos debe tender también a convertir en realidad los cambios proyectados y a considerar prioritaria la aplicación concreta de los derechos humanos".
"La doctrina social de la Iglesia -acabó el prelado -siempre ha perseguido este objetivo, prestando atención especial a los miembros más débiles de la sociedad. De hecho, dando prioridad a los seres humanos y al orden creado que los apoya en su camino terrenal, podemos modificar las normas que rigen el sistema financiero para lograr cambios concretos, alejarse de las viejas costumbres de la codicia que han desembocado en la crisis actual y promover el desarrollo integral y la aplicación efectiva de los derechos humanos, ya que "el capital básico que debe protegerse y valorar es la persona humana en su integridad".
DELSS/DERECHOS HUMANOS/GINEBRA:TOMASI VIS 20100310 (370)
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