CIUDAD DEL VATICANO, 28 SEP 2009 (VIS).-Finalizada la celebración eucarística el Papa se dirigió a los más de 10.000 jóvenes peregrinos al lugar del martirio de San Venceslao, que habían pasado la noche acampados en un terreno de la explanada de Melnik para asistir a la Misa presidida por Benedicto XVI.
"¡Con vosotros también el Papa se siente joven!", exclamó Benedicto XVI, agradeciendo a los peregrinos su "entusiasmo" y su "generosidad". "En cada joven -dijo- hay una aspiración a la felicidad, a veces mezclada con un sentimiento de inquietud; una aspiración que, sin embargo, a menudo la sociedad de consumo explota de forma falsa y alienante. Es necesario en cambio evaluar seriamente el anhelo de felicidad, que exige una respuesta verdadera y exhaustiva. A vuestra edad se toman las primeras grandes decisiones, capaces de orientar la vida hacia el bien o hacia el mal".
Benedicto XVI recordó a los jóvenes las palabras de San Agustín, cuando afirmaba que "el corazón de todas las personas está inquieto hasta que no encuentra realmente lo que busca". Y Agustín descubrió que "solo Jesucristo era las respuesta satisfactoria al deseo, suyo y de cada ser humano, de una vida feliz, llena de significado y de valor".
"Como hizo con él, el Señor sale al encuentro de cada uno de vosotros. Llama a la puerta de vuestra libertad y os pide que le acojáis como amigo. Quiere haceros felices, llenaros de humanidad y dignidad. La fe cristiana es esto: el encuentro con Cristo, Persona viva que da a la vida un nuevo horizonte y con ello la dirección decisiva".
"El Señor, efectivamente, llama a cada uno por su nombre y os quiere confiar una misión específica en la Iglesia y en la sociedad. (...) Os renueva constantemente la invitación a ser discípulos y testigos suyos. Llama a muchos al matrimonio, y la preparación para este sacramento constituye un camino vocacional verdadero. Considerad entonces seriamente la llamada divina a constituir una familia cristiana y que la juventud sea el tiempo para construir con responsabilidad vuestro futuro. La sociedad necesita familias cristianas, familias santas".
"Si el Señor os llama a seguirlo en el sacerdocio ministerial o en la vida consagrada -prosiguió- no dudéis en responder a su invitación. En particular, en este Año Sacerdotal, me dirijo a vosotros, jóvenes. (...) La Iglesia, también en este país, necesita sacerdotes numerosos y santos y personas totalmente consagradas al servicio de Cristo, esperanza del mundo".
"¡La esperanza! Esta palabra a la que recurro a menudo -dijo el Papa- se conjuga bien con la juventud. Vosotros, queridos jóvenes, sois la esperanza de la Iglesia que espera que os hagáis mensajeros de la esperanza".
El Santo Padre invitó a continuación a los jóvenes a participar en la próxima Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Madrid (España) en agosto de 2011, y les pidió que vivieran la fe "con entusiasmo y alegría, creciendo en la unidad entre vosotros y Cristo, rezando y siendo asiduos en la práctica de los sacramentos, sobre todo la Eucaristía y la Confesión".
Después de saludar en diversos idiomas a los jóvenes que abarrotaban la explanada. Benedicto XVI emprendió el regreso en automóvil a Praga, donde almorzó en el arzobispado con los obispos de la República Checa.
PV-REP.CHECA/MENSAJE JOVENES/MELNIK VIS 20090928 (560)
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