CIUDAD DEL VATICANO, 13 MAY 2009 (VIS).-A las 10,00 de hoy, el Papa celebró la Santa Misa ante más de 5.000 personas en la "Manger Square" (Plaza del Pesebre) de Belén, que se encuentra delante de la Basílica de la Natividad.
Al comienzo de la homilía, el Santo Padre se dirigió de manera especial a los peregrinos de "la martirizada Gaza con motivo de la guerra: transmitid a vuestras familias y comunidades mi caluroso abrazo, mi pésame por las pérdidas, las adversidades y los sufrimientos que habéis tenido que soportar. Estad seguros de mi solidaridad en la inmensa obra de reconstrucción y de mis oraciones para que se levante pronto el embargo".
"Para los hombres y las mujeres de todos los lugares, Belén -afirmó- está asociada con el mensaje gozoso del renacimiento, de la renovación, de la luz y de la libertad. Y sin embargo, aquí en medio de nosotros, ¡qué lejos parece esta magnífica promesa!".
Hablando de ciudad en la que nació Cristo, Benedicto XVI señaló que "aquí, entre todo tipo de contrariedades, las piedras siguen gritando esta "buena nueva", el mensaje de redención que esta ciudad, por encima de todas las demás, está llamada a proclamar a todo el mundo".
"El mensaje de Belén es que seamos testigos del triunfo del amor de Dios sobre el odio, el egoísmo, el miedo y el rencor que paralizan las relaciones humanas y crean división entre hermanos que deberían vivir juntos en unidad, destrucciones donde los seres humanos deberían edificar, desesperación donde la esperanza debería florecer".
"¡No tengáis miedo!", exclamó el Papa. "Este es el mensaje que el Sucesor de Pedro desea transmitiros hoy, haciendo eco al mensaje de los ángeles y a la consigna que el querido Papa Juan Pablo II os dejó en el año del Gran Jubileo del nacimiento de Cristo. Contad con las oraciones y la solidaridad de vuestros hermanos y hermanas de la Iglesia universal, y a través de iniciativas concretas consolidad vuestra presencia y ofreced nuevas posibilidades a quienes están tentados de partir. Sed un puente de diálogo y de colaboración constructiva en la edificación de una cultura de paz que supere el actual estancamiento del miedo, de la agresión y de la frustración. Edificad vuestras iglesias locales, haciendo de ellas laboratorios de diálogo, de tolerancia y de esperanza, así como de solidaridad y de caridad práctica".
El Santo Padre pidió a los fieles que fueran "ante todo, testigos de la potencia de la vida, de la nueva vida que nos ha dado Cristo resucitado, de aquella vida que puede iluminar y transformar incluso las situaciones humanas más oscuras y desesperadas".
"Vuestra tierra no solo tiene necesidad de nuevas estructuras económicas y políticas, sino sobre todo -podríamos decir- de una nueva infraestructura "espiritual", capaz de galvanizar las energías de todos los hombres y mujeres de buena voluntad al servicio de la educación, del desarrollo y de la promoción del bien común. Contáis con los recursos humanos para edificar la cultura de la paz y del respeto recíproco, que podrán garantizar -terminó- un futuro mejor para vuestros hijos. Os espera esta noble empresa. ¡No tengáis miedo!".
Después de la celebración eucarística el Papa se dirigió al Convento Casa Nova de Belén, la casa franciscana para los peregrinos, donde almorzó con los ordinarios de Tierra Santa y con la comunidad de franciscanos.
PV-TERRITORIOS PALESTINOS/MISA/BELEN VIS 20090513 (560)
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