CIUDAD DEL VATICANO, 20 MAR 2009 (VIS).-A las 19,00, el Santo Padre se encontró en la nunciatura apostólica de Luanda con los obispos de Angola y Sao Tomé.
El Papa pidió a Dios que recompense a los prelados por "todos los esfuerzos apostólicos llevados a cabo en condiciones difíciles, tanto durante la guerra como actualmente, en contacto con tantas limitaciones, contribuyendo de este modo a otorgar a la Iglesia en Angola y en Sao Tomé y Príncipe aquel dinamismo que todos les reconocen".
Refiriéndose a los desafíos que deben afrontar, Benedicto XVI afirmó que "contra un relativismo difundido que nada reconoce como definitivo y es más, tiende a defender como última medida el propio yo y sus caprichos, proponemos otra medida: el Hijo de Dios, que también es verdadero hombre. Él es la medida del verdadero humanismo. El cristiano de fe adulta y madura no es el que sigue las modas y las últimas novedades, sino el que vive profundamente enraizado en la amistad con Cristo. Esta amistad nos abre hacia todo lo que es bueno y nos ofrece el criterio para discernir entre el error y la verdad".
"La cultura y los modelos de comportamiento -continuó- están cada vez más condicionados y caracterizados por las imágenes propuestas por los medios de comunicación social". En este contexto, dijo, "son loables todos vuestros esfuerzos por tener, también en este nivel, una capacidad de comunicación que os capacite para ofrecer a todos una interpretación cristiana de los eventos, de los problemas y de las realidades humanas".
El Santo Padre puso de relieve las "dificultades y amenazas" que encuentra la familia, la cual "tiene una particular necesidad de ser evangelizada y concretamente sostenida, porque además de la fragilidad e inestabilidad interna de tantas uniones conyugales, existe la tendencia difundida en la sociedad y en la cultura de poner en duda el carácter único y la misión propia de la familia fundada en el matrimonio".
"En vuestra solicitud de pastores por cada ser humano, seguid elevando la voz en defensa del carácter sagrado de la vida humana y del valor del instituto matrimonial y por la promoción del papel de la familia en la Iglesia y en la sociedad, pidiendo medidas económicas y legislativas que las sostengan en la generación y en la educación de los hijos".
El Papa expresó su alegría por las "numerosas comunidades vibrantes de fe, con un laicado comprometido en muchas obras de apostolado, así como por el número consistente de vocaciones al ministerio ordenado y a la vida consagrada, especialmente a la vida contemplativa: son un verdadero signo de esperanza para el futuro".
Tras constatar que el clero "es cada vez más autóctono", elogió la labor "paciente y heroica de los misioneros para anunciar a Cristo y su Evangelio y para que nazcan comunidades cristianas de las que hoy sois responsables".
El Santo Padre invitó a los obispos a "seguir de cerca a los presbíteros, preocupándoos de su formación permanente tanto teológica como espiritual, y estando atentos a sus condiciones de vida y de ejercicio de la propia misión, para que sean auténticos testigos de la Palabra que anuncian y de los sacramentos que celebran".
"Que en el don de sí mismos a Cristo y al pueblo del que son pastores -terminó-, sean fieles a las exigencias de su estado y vivan su ministerio presbiteral como un verdadero camino de santidad, tratando de hacerse santos para suscitar en torno a ellos nuevos santos".
Terminado el encuentro, Benedicto XVI cenó con los obispos de Angola y Sao Tomé y con su séquito.
PV-ANGOLA/ENCUENTRO OBISPOS/LUANDA VIS 20090321 (620)
El Papa pidió a Dios que recompense a los prelados por "todos los esfuerzos apostólicos llevados a cabo en condiciones difíciles, tanto durante la guerra como actualmente, en contacto con tantas limitaciones, contribuyendo de este modo a otorgar a la Iglesia en Angola y en Sao Tomé y Príncipe aquel dinamismo que todos les reconocen".
Refiriéndose a los desafíos que deben afrontar, Benedicto XVI afirmó que "contra un relativismo difundido que nada reconoce como definitivo y es más, tiende a defender como última medida el propio yo y sus caprichos, proponemos otra medida: el Hijo de Dios, que también es verdadero hombre. Él es la medida del verdadero humanismo. El cristiano de fe adulta y madura no es el que sigue las modas y las últimas novedades, sino el que vive profundamente enraizado en la amistad con Cristo. Esta amistad nos abre hacia todo lo que es bueno y nos ofrece el criterio para discernir entre el error y la verdad".
"La cultura y los modelos de comportamiento -continuó- están cada vez más condicionados y caracterizados por las imágenes propuestas por los medios de comunicación social". En este contexto, dijo, "son loables todos vuestros esfuerzos por tener, también en este nivel, una capacidad de comunicación que os capacite para ofrecer a todos una interpretación cristiana de los eventos, de los problemas y de las realidades humanas".
El Santo Padre puso de relieve las "dificultades y amenazas" que encuentra la familia, la cual "tiene una particular necesidad de ser evangelizada y concretamente sostenida, porque además de la fragilidad e inestabilidad interna de tantas uniones conyugales, existe la tendencia difundida en la sociedad y en la cultura de poner en duda el carácter único y la misión propia de la familia fundada en el matrimonio".
"En vuestra solicitud de pastores por cada ser humano, seguid elevando la voz en defensa del carácter sagrado de la vida humana y del valor del instituto matrimonial y por la promoción del papel de la familia en la Iglesia y en la sociedad, pidiendo medidas económicas y legislativas que las sostengan en la generación y en la educación de los hijos".
El Papa expresó su alegría por las "numerosas comunidades vibrantes de fe, con un laicado comprometido en muchas obras de apostolado, así como por el número consistente de vocaciones al ministerio ordenado y a la vida consagrada, especialmente a la vida contemplativa: son un verdadero signo de esperanza para el futuro".
Tras constatar que el clero "es cada vez más autóctono", elogió la labor "paciente y heroica de los misioneros para anunciar a Cristo y su Evangelio y para que nazcan comunidades cristianas de las que hoy sois responsables".
El Santo Padre invitó a los obispos a "seguir de cerca a los presbíteros, preocupándoos de su formación permanente tanto teológica como espiritual, y estando atentos a sus condiciones de vida y de ejercicio de la propia misión, para que sean auténticos testigos de la Palabra que anuncian y de los sacramentos que celebran".
"Que en el don de sí mismos a Cristo y al pueblo del que son pastores -terminó-, sean fieles a las exigencias de su estado y vivan su ministerio presbiteral como un verdadero camino de santidad, tratando de hacerse santos para suscitar en torno a ellos nuevos santos".
Terminado el encuentro, Benedicto XVI cenó con los obispos de Angola y Sao Tomé y con su séquito.
PV-ANGOLA/ENCUENTRO OBISPOS/LUANDA VIS 20090321 (620)
No hay comentarios:
Publicar un comentario