CIUDAD DEL VATICANO, 24 ENE 2009 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana en el Vaticano a los prelados de la Iglesia caldea que acaban de terminar su visita "ad limina". En el curso de la audiencia, los obispos entregaron al Santo Padre la capa utilizada por el arzobispo Faraj Rahho, de Mosul, y la estola del padre Ragheed Aziz Ganni, ambos asesinados hace unos meses en Irak.
El Papa saludó por medio de Su Beatitud el cardenal Emmanuel III Delly, patriarca de esa Iglesia, a todos sus fieles y les aseguró su oración ferviente "en estos momentos tan difíciles para vuestra región, sobre todo para Irak," y recordando entre otras la figura del arzobispo Rahho y del padre Ganni, dijo: "Pido a Dios para que los hombres y mujeres de paz en esa región bienamada aúnen sus fuerzas para acabar con la violencia y permitir que todos vivan en la seguridad y en la concordia mutuas".
"La Iglesia caldea, cuyos orígenes se remontan a los primeros siglos de la era cristiana -prosiguió-, cuenta con una larga y venerable tradición, que expresa su radicación en las regiones de Oriente, (…) al igual que su aportación irremplazable a la Iglesia universal sobre todo por sus teólogos y maestros espirituales. Su historia demuestra también cómo ha participado de forma activa y fecunda en la vida de vuestras naciones. Hoy la Iglesia caldea, que ocupa un lugar importante entre los diferentes componentes de vuestros países, debe proseguir esa misión al servicio de su desarrollo humano y espiritual".
Benedicto XVI recalcó que esa Iglesia, "estableciendo relaciones cordiales con los miembros de otras comunidades, está llamada a jugar un papel esencial de moderación de cara a la construcción de una sociedad nueva donde todos puedan vivir en la concordia y el respeto mutuo. Sé que desde siempre la cohabitación entre la comunidad musulmana y la cristiana ha atravesado diversas peripecias. Los cristianos que viven en Irak desde siempre, son plenamente ciudadanos de ese país con los derechos y deberes de todos, sin distinción de religión".
El Santo Padre invitó a los obispos, en ámbito pastoral, a poner en el centro de sus acciones y proyectos la Palabra de Dios, porque "sobre la fidelidad a esa Palabra se construye la unidad entre todos los fieles, en comunión con sus pastores". El Papa agregó que en esa Iglesia patriarcal "la asamblea sinodal constituye una riqueza innegable, que debe ser una herramienta privilegiada para contribuir a hacer más firmes y eficaces los lazos de comunión y a vivir la caridad inter-episcopal" ya que "es el lugar donde se cumple efectivamente la corresponsabilidad gracias a una auténtica colaboración entre sus miembros".
"Por otra parte, sobre todo en Irak, la Iglesia caldea, que es mayoritaria, tiene una responsabilidad particular en promover la comunión y la unidad del cuerpo místico de Cristo. Os invito por eso a proseguir los encuentros con los pastores de diversas Iglesias "sui iuris" y con los responsables de otras Iglesias cristianas para impulsar el ecumenismo".
El Papa habló de las situaciones urgentes que los obispos deben afrontar, citando en primer lugar "la de los fieles que se enfrentan a la violencia cotidiana", y manifestó su aprecio "por el coraje y la perseverancia frente a las pruebas y amenazas de las que son objeto, sobre todo en Irak". Después pidió a los obispos que "sostuvieran a sus fieles para superar las dificultades actuales y afirmar su presencia, apelándose a las autoridades responsables para el reconocimiento de sus derechos humanos y civiles, invitándolos también a amar la tierra de sus antepasados, a la que siguen profundamente apegados".
Refiriéndose a los fieles de la diáspora, "cuyo número no cesa de aumentar, sobre todo tras los últimos acontecimientos", Benedicto XVI puso de relieve la conveniencia de que "mantengan e intensifiquen sus lazos con su patriarcado para que no se sientan excluidos de su centro de unidad" y "conserven su identidad cultural y religiosa".
Por último, el Papa elogió "el testimonio de caridad de la Iglesia con todos cuantos lo necesitan, sin distinción de origen o religión, que no podrá por menos que estimular la expresión de solidaridad de todas las personas de buena voluntad" y que en Irak, "a pesar de los terribles momentos vividos", ha dado origen a obras de caridad "que hacen honor a Dios, a la Iglesia y al pueblo iraquí".
"Os invito -concluyó- a proseguir con valor y esperanza vuestra misión. (…) La oración y la ayuda de vuestros hermanos en la fe y de tantas personas de buena voluntad os acompañe para que la mirada amorosa de Dios siga iluminando al pueblo iraquí que sufre tanto".
AL/…/IGLESIA CALDEA VIS 20090126 (780)
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