CIUDAD DEL VATICANO, 6 NOV 2008 (VIS).-El Papa recibió esta mañana las cartas credenciales de la nueva embajadora de la República árabe de Egipto, Lamia Aly Hamada Mekhemar.
En su discurso, el Santo Padre afirmó que "los esfuerzos de Egipto a favor de la paz, de la armonía y de soluciones justas que respeten los Estados y a las personas, son numerosos y concuerdan con los de la Santa Sede, que también trata de favorecerlos y promoverlos".
"Las religiones -dijo- pueden y deben ser factores de paz. A pesar de todo, pueden ser mal comprendidas y usadas para provocar violencia o muerte. El respeto de la sensibilidad y de la historia propias de cada país o de cada comunidad humana y religiosa, (…) y sobre todo una auténtica voluntad de búsqueda de la paz, favorecerán la reconciliación de los pueblos y la cohabitación pacífica entre todos".
Tras poner de relieve que Egipto "siempre se ha distinguido por ser una tierra de hospitalidad para los innumerables refugiados, musulmanes y cristianos, que han buscado seguridad y paz en sus tierras", Benedicto XVI pidió que "esta noble tradición continúe por el bien de todos".
Refiriéndose a la comprensión y al respeto recíproco entre el Islam y el Cristianismo, el Papa aseguró que a pesar de haber progresado en este campo, "todavía queda camino por recorrer".
"Es importante -continuó- promover sobre todo un buen conocimiento entre ambas partes, que no se puede limitar a un círculo restringido de diálogo, sino que debe irradiar poco a poco hacia los individuos que día tras día, en las ciudades y en los pueblos, tendrán que desarrollar una mentalidad de respeto que podría desembocar en una estima mutua".
El Santo Padre señaló que la comunidad católica en Egipto, a pesar de ser pequeña, "manifiesta la gran diversidad que existe en nuestra Iglesia y la posibilidad de una coexistencia armoniosa entre las grandes tradiciones cristianas orientales y occidentales. Su compromiso social e histórico con el pueblo egipcio en los campos de la educación, la sanidad y las obras caritativas testimonia el amor gratuito y sin distinción religiosa. Esto es conocido y apreciado por el conjunto de la sociedad egipcia".
"La Iglesia católica desea también -dijo- entrar en contacto en vuestro país con los numerosos turistas católicos que lo visitan y que desean practicar su religión. Estoy convencido de que pronto se les ofrecerá la posibilidad de poder rezar a Dios dignamente en los lugares de culto apropiados en los nuevos lugares turísticos que se han desarrollado en los últimos años. Sería una buena señal para el mundo si Egipto favoreciera las relaciones de amistad y fraternidad entre las religiones y los pueblos, según su antigua y noble tradición".
CD/CREDENCIALES/EGIPTO:MEKHEMAR VIS 20081106 (450)
En su discurso, el Santo Padre afirmó que "los esfuerzos de Egipto a favor de la paz, de la armonía y de soluciones justas que respeten los Estados y a las personas, son numerosos y concuerdan con los de la Santa Sede, que también trata de favorecerlos y promoverlos".
"Las religiones -dijo- pueden y deben ser factores de paz. A pesar de todo, pueden ser mal comprendidas y usadas para provocar violencia o muerte. El respeto de la sensibilidad y de la historia propias de cada país o de cada comunidad humana y religiosa, (…) y sobre todo una auténtica voluntad de búsqueda de la paz, favorecerán la reconciliación de los pueblos y la cohabitación pacífica entre todos".
Tras poner de relieve que Egipto "siempre se ha distinguido por ser una tierra de hospitalidad para los innumerables refugiados, musulmanes y cristianos, que han buscado seguridad y paz en sus tierras", Benedicto XVI pidió que "esta noble tradición continúe por el bien de todos".
Refiriéndose a la comprensión y al respeto recíproco entre el Islam y el Cristianismo, el Papa aseguró que a pesar de haber progresado en este campo, "todavía queda camino por recorrer".
"Es importante -continuó- promover sobre todo un buen conocimiento entre ambas partes, que no se puede limitar a un círculo restringido de diálogo, sino que debe irradiar poco a poco hacia los individuos que día tras día, en las ciudades y en los pueblos, tendrán que desarrollar una mentalidad de respeto que podría desembocar en una estima mutua".
El Santo Padre señaló que la comunidad católica en Egipto, a pesar de ser pequeña, "manifiesta la gran diversidad que existe en nuestra Iglesia y la posibilidad de una coexistencia armoniosa entre las grandes tradiciones cristianas orientales y occidentales. Su compromiso social e histórico con el pueblo egipcio en los campos de la educación, la sanidad y las obras caritativas testimonia el amor gratuito y sin distinción religiosa. Esto es conocido y apreciado por el conjunto de la sociedad egipcia".
"La Iglesia católica desea también -dijo- entrar en contacto en vuestro país con los numerosos turistas católicos que lo visitan y que desean practicar su religión. Estoy convencido de que pronto se les ofrecerá la posibilidad de poder rezar a Dios dignamente en los lugares de culto apropiados en los nuevos lugares turísticos que se han desarrollado en los últimos años. Sería una buena señal para el mundo si Egipto favoreciera las relaciones de amistad y fraternidad entre las religiones y los pueblos, según su antigua y noble tradición".
CD/CREDENCIALES/EGIPTO:MEKHEMAR VIS 20081106 (450)
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