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lunes, 13 de octubre de 2008

LOS NUEVOS SANTOS NOS SOSTENGAN EN LAS FATIGAS COTIDIANAS


CIUDAD DEL VATICANO, 12 OCT 2008 (VIS).-A las 10,00 de hoy, Benedicto XVI celebró la Eucaristía en la Plaza de San Pedro y canonizó a los Beatos: Gaetano Errico (1791-1860), italiano, presbítero, fundador de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María; la suiza María Bernarda Bütler (1848-1924), virgen, fundadora de la Congregación de las Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora; la india Alfonsa de la Inmaculada Concepción (1910-1946), virgen, de la Congregación de las Franciscanas Clarisas y la ecuatoriana Narcisa de Jesús Martillo Moran (1832-1869), laica.

  Comentando en la homilía la imagen evangélica de los invitados que participan en el banquete revestidos con el traje nupcial, el Papa afirmó ante más de 40.000 personas que "el Señor nos invita cada día al banquete de la Eucaristía, en el que debemos participar con el traje nupcial de su gracia. Si alguna vez se mancha o se estropea con el pecado este vestido, la bondad de Dios no nos rechaza ni nos abandona a nuestro destino, sino que nos ofrece con el sacramento de la Reconciliación la posibilidad de conseguir íntegramente el traje nupcial necesario para la fiesta".

  Tras poner de relieve que "el ministerio de la Reconciliación es un ministerio siempre actual", el Santo Padre dijo que el sacerdote Gaetano Errico se dedicó a él "con diligencia, asiduidad y paciencia, sin negarse jamás y sin ahorrar esfuerzos. De esta forma se inscribe entre las figuras extraordinarias de presbíteros que, incansables, han hecho del confesionario el lugar para dispensar la misericordia de Dios, ayudando a los hombres a encontrarse a sí mismos, a luchar contra el pecado y a avanzar en el camino de la vida espiritual. La calle y el confesionario fueron los lugares privilegiados de la acción pastoral de este nuevo santo. La calle le permitía encontrar a las personas a las que solía dirigir su habitual invitación: "Dios te quiere, ¿cuándo nos vemos?", y en el confesionario les hacía posible el encuentro con la misericordia del padre celestial".

  Refiriéndose posteriormente a santa María Bernarda Bütler, Benedicto XVI destacó su "amor profundo por el Señor cuando todavía era muy joven". La Eucaristía, continuó,"fue la fuente y el pilar de la espiritualidad de esta nueva santa, así como de su impulso misionero, que la llevó a dejar su patria natal, Suiza, para abrirse a otros horizontes evangelizadores en Ecuador y Colombia. En las serias adversidades que tuvo que afrontar, incluido el exilio, llevó impresa en su corazón la exclamación del salmo que hemos oído hoy: "Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo" (Ps 22, 4)".

  El Papa dijo que santa Alfonsa de la Inmaculada Concepción experimentó "una vida de extremos sufrimientos psicológicos y espirituales. Esta excepcional mujer, que hoy es ofrecida al pueblo de India como su primera santa, estaba convencida de que su cruz era el verdadero medio para alcanzar el banquete que el Padre había preparado para ella. (…) ¡Ojalá -exclamó el pontífice- podamos imitarla al llevar nuestras propias cruces para poder con ella gozar del paraíso!".

  Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, "para secundar con docilidad la acción del Espíritu Santo en su alma -dijo Benedicto XVI-, buscó siempre el consejo y la guía de buenos y expertos sacerdotes, considerando la dirección espiritual como uno de los medios más eficaces para llegar a la santificación. Ella nos muestra un camino de perfección cristiana asequible a todos los fieles. A pesar de las abundantes y extraordinarias gracias recibidas, su existencia transcurrió con gran sencillez, dedicada a su trabajo como costurera y a su apostolado como catequista. En su amor apasionado a Jesús, que la llevó a emprender un camino de intensa oración y mortificación, y a identificarse cada vez más con el misterio de la Cruz, nos ofrece un testimonio atrayente y un ejemplo acabado de una vida totalmente dedicada a Dios y a los hermanos".

  El Papa concluyó pidiendo que la intercesión de estos cuatro nuevos santos "nos sostenga en las fatigas cotidianas, para que un día también nosotros lleguemos a compartir con ellos y con todos los santos la alegría del banquete eterno en la Jerusalén celestial".
HML/CANONIZACION/…                            VIS 20081013 (690)


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