CIUDAD DEL VATICANO, 7 ABR 2008 (VIS).-El Papa recibió este mediodía a los prelados de la Conferencia Episcopal de las Antillas, que acaban de realizar su visita "ad limina".
Refiriéndose a los desafíos que tienen que afrontar los obispos, el Santo Padre afirmó que las orillas del país habían sido "azotadas por los aspectos negativos de la industria del entretenimiento, el turismo explotador y el flagelo de las armas y del mercado de la droga. Esto no solo mina la vida familiar y desestabiliza los fundamentos de los valores culturales tradicionales, sino que tiende a afectar negativamente a la política local".
Benedicto XVI alentó a los prelados a "ser testigos audaces de la luz de Cristo, que proporciona a las familias una dirección y un objetivo, así como predicadores intrépidos del poder del Evangelio, que debe impregnar el modo de pensar, los criterios de juicio y las normas de comportamiento".
Tras poner de relieve que "la renovación pastoral es una tarea indispensable para cada una de las diócesis", el Papa subrayó que "es de vital importancia la promoción incansable de vocaciones y la dirección y formación permanente de los sacerdotes. (...) Vuestra solicitud por la formación humana, espiritual, intelectual y pastoral de vuestros seminaristas y sacerdotes es una clara expresión de vuestro cuidado y preocupación por la constante profundización de su ministerio pastoral". En este contexto, alentó a los obispos a sostener atentamente el seminario San Juan Vianney y de los Mártires de Uganda y afirmó que "la institución de un seminario francófono en la región es un signo de esperanza".
El Santo Padre señaló que la preocupación pastoral de los obispos de las Antillas por "la disminución de vocaciones religiosas demuestra vuestro profundo aprecio por la vida consagrada. Hago un llamamiento -continuó- a vuestras comunidades religiosas, alentándolas a reafirmar su llamada con confianza, y guiadas por el Espíritu Santo, a proponer de nuevo a los jóvenes el ideal de la consagración y misión".
"Cada uno de vosotros siente la gran responsabilidad de hacer todo lo posible para sostener el matrimonio y la vida familiar, fuente primaria de cohesión en las comunidades, y por tanto de una importancia capital a los ojos de las autoridades civiles. En esta perspectiva -concluyó-, la amplia red de escuelas católicas en toda vuestra región puede aportar mucho. Los valores que arraigan en el camino de la verdad ofrecido por Cristo, iluminan el espíritu y el corazón de los jóvenes y les animan a seguir el camino de la fidelidad, de la responsabilidad y de la libertad verdadera. ¡Si los jóvenes son buenos cristianos, serán buenos ciudadanos!".
AL/.../ANTILLAS VIS 20080407 (440)
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