CIUDAD DEL VATICANO, 18 ABR 2008 (VIS).-Finalizado el encuentro con el presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Papa saludó a los funcionarios y al personal de ese organismo y les dirigió unas breves palabras.
Benedicto XVI comparó el pequeño espacio de la ONU y la grandeza de su misión con la reducida dimensión del Estado de la Ciudad del Vaticano y la universalidad de la tarea de la Iglesia. Este parangón se extendió a los artistas del siglo XVI que pintaron los mapas del Palacio Apostólico y a los autores de las obras de arte del Palacio de Cristal.
"Aquí vemos -dijo el Papa- imágenes de los efectos de la guerra y de la pobreza, se nos recuerda el deber de comprometernos por un mundo mejor y experimentamos alegría por la genuina variedad y exuberancia de la cultura humana, como se pone de manifiesto en la amplia gama de pueblos y naciones reunidos bajo la protección de la Comunidad Internacional".
Benedicto XVI manifestó su aprecio y el de toda la Iglesia a los trabajadores de la ONU y recordó "de manera especial a tantos civiles y custodios de la paz (...) que han sacrificado sus vidas sobre el terreno por el bien de los pueblos a los que sirven", así como a "la gran multitud de los que dedican su vida a trabajos no siempre suficientemente reconocidos, y realizados con frecuencia en condiciones difíciles".
El personal de la ONU, observó, "forma un microcosmos del mundo entero, en el que cada uno ofrece una aportación indispensable desde el punto de vista de su propio patrimonio cultural y religioso. Los ideales que han inspirado a los fundadores de esta institución deben expresarse, aquí y en cada una de las misiones de la Organización, en el respeto y la aceptación recíproca, que son características de una familia próspera".
PV-EE.UU./SALUDOS:PERSONAL ONU/NUEVA YORK VIS 20080419 (320)
Benedicto XVI comparó el pequeño espacio de la ONU y la grandeza de su misión con la reducida dimensión del Estado de la Ciudad del Vaticano y la universalidad de la tarea de la Iglesia. Este parangón se extendió a los artistas del siglo XVI que pintaron los mapas del Palacio Apostólico y a los autores de las obras de arte del Palacio de Cristal.
"Aquí vemos -dijo el Papa- imágenes de los efectos de la guerra y de la pobreza, se nos recuerda el deber de comprometernos por un mundo mejor y experimentamos alegría por la genuina variedad y exuberancia de la cultura humana, como se pone de manifiesto en la amplia gama de pueblos y naciones reunidos bajo la protección de la Comunidad Internacional".
Benedicto XVI manifestó su aprecio y el de toda la Iglesia a los trabajadores de la ONU y recordó "de manera especial a tantos civiles y custodios de la paz (...) que han sacrificado sus vidas sobre el terreno por el bien de los pueblos a los que sirven", así como a "la gran multitud de los que dedican su vida a trabajos no siempre suficientemente reconocidos, y realizados con frecuencia en condiciones difíciles".
El personal de la ONU, observó, "forma un microcosmos del mundo entero, en el que cada uno ofrece una aportación indispensable desde el punto de vista de su propio patrimonio cultural y religioso. Los ideales que han inspirado a los fundadores de esta institución deben expresarse, aquí y en cada una de las misiones de la Organización, en el respeto y la aceptación recíproca, que son características de una familia próspera".
PV-EE.UU./SALUDOS:PERSONAL ONU/NUEVA YORK VIS 20080419 (320)
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