CIUDAD DEL VATICANO, 24 ENE 2008 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano a los prelados de la Conferencia Episcopal de Eslovenia al final de su quinquenal visita "ad Limina".
El Papa se refirió a los grandes cambios registrados en el país en los últimos cinco años, desde la incorporación a la Unión Europea (2004) a la adopción del euro (2007) y la adhesión al Tratado de Schengen. Cambios "que no tienen carácter eclesiástico -dijo- pero interesan también a la Iglesia porque atañen a la vida de las personas y en particular al horizonte de valores en Europa".
Recordando la carta pastoral de los obispos eslovenos en 2004, el Papa afirmó que mantiene todo su valor porque "si Europa quiere seguir siendo una tierra de paz, conservando como uno de los valores fundamentales el respeto de la dignidad de la persona, no puede renegar el ingrediente principal -en el plano espiritual y ético- de ese fundamento, es decir el ingrediente cristiano".
"Los humanismos no son todos iguales -afirmó el Santo Padre-, ni son equivalentes desde el punto de vista moral. No me refiero a los aspectos religiosos, me limito a los ético-sociales. La visión del ser humano que se adopta tendrá diversas repercusiones en la vida civil. Si, siguiendo una tendencia muy difundida hoy, se concibe al ser humano de forma individualista ¿cómo se puede justificar el esfuerzo para construir una comunidad justa y solidaria?".
Benedicto XVI citó en este sentido la carta de los obispos, en la que escribían: "El cristianismo es la religión de la esperanza en la vida, en la felicidad sin fin, en el alcance de la fraternidad para todos los seres humanos", y señaló que esas palabras eran "válidas en todos los continentes, y también en una Europa, donde muchos intelectuales todavía vacilan a la hora de aceptar el hecho de que "la razón y la fe se necesitan mutuamente para realizar su verdadera naturaleza y su misión".
El Papa habló después del "principal reto" al que se enfrenta la Iglesia en Eslovenia: "el secularismo de tipo occidental, diverso y quizás más insidioso del marxista", que tiene como resultado "la búsqueda desenfrenada de bienes materiales, la reducción de la natalidad y la caída de la práctica religiosa, que lleva aparejada la disminución de las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada".
"Cada generación -dijo el Santo Padre- está llamada a renovar la elección entre la vida y el bien, la muerte y el mal. Y nosotros, como pastores, tenemos el deber de indicar a los cristianos el camino de la vida, para que ellos sean a su vez la sal y la luz de la sociedad. Animo por lo tanto a la Iglesia de Eslovenia a responder a la cultura materialista y egoísta con una acción evangelizadora coherente que parta de las parroquias".
Por último, refiriéndose al Congreso Eucarístico Nacional que se celebrará en esa nación en 2009, Benedicto XVI subrayó que "la Eucaristía y la Palabra de Dios constituyen el verdadero tesoro de la Iglesia. Fiel a la enseñanza de Jesús toda comunidad debe utilizar los bienes terrenales simplemente como servicio al Evangelio".
"El Nuevo Testamento es, en esta materia -concluyó- muy rico de enseñanzas y ejemplos para que en todas las épocas los pastores puedan encauzar correctamente el delicado problema de los bienes temporales y su uso adecuado. Siempre en la Iglesia, el testimonio de pobreza evangélica ha sido un elemento esencial de la evangelización, como lo fue en la vida de Cristo".
AL/.../ESLOVENIA VIS 20080124 (560)
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