CIUDAD DEL VATICANO, 31 ENE 2008 (VIS).-Esta mañana, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha tenido lugar la presentación del Primer Congreso Apostólico mundial de la Misericordia, que se celebrará en Roma del 2 al 6 de abril de 2008.
Han intervenido en el acto el cardenal Christoph Schönborn, O.P., arzobispo de Viena (Austria) y presidente del Congreso, el padre Patrice Chocholski, coordinador general y monseñor Mauro Parmeggiani, secretario general del Vicariato de Roma.
El cardenal afirmó que era una buena señal que el primer congreso mundial sobre la Misericordia se abriera el 2 de abril, tercer aniversario de la muerte de Juan Pablo II, ya que "el gran e inolvidable Papa se sintió fascinado ya desde la juventud por el secreto de la misericordia divina" y "en 2002, en Cracovia-Lagiewniki, durante la inauguración del santuario de la Divina Misericordia, afirmó: "Excepto la misericordia de Dios no hay ninguna otra fuente de esperanza para los seres humanos".
Por eso, "también el congreso de Roma -agregó el purpurado- tendrá que mostrar claramente que la misericordia es el núcleo central del mensaje cristiano. Este mensaje promueve la paz en el mundo, entre los pueblos y las religiones. Ayuda a descubrir el verdadero rostro de Dios, además del verdadero rostro del ser humano y de la Iglesia".
"Muchos creyentes consideran un signo especial que Juan Pablo II muriera la víspera del domingo de la Misericordia, festividad que él mismo instituyó durante el año santo 2000 (...) y que está también estrechamente ligada con la figura de Faustyna Kowalska, que Juan Pablo II proclamó santa el 30 de abril de ese año".
El arzobispo de Viena recordó que durante los años de vida de la santa (1905-1938) el mensaje de la misericordia divina fue "una ayuda especial y una fuente inagotable de esperanza (...) para todo el pueblo polaco. Ese mensaje es hoy más necesario que nunca, como lo confirman las noticias de cada día".
"En 2004, Juan Pablo II lanzó un llamamiento a toda la Iglesia para que fuera "testigo de la misericordia" -señaló el purpurado- (...) y el 3 de abril de 2005, durante la oración del Regina Coeli, quiso decir : "El amor cambia los corazones y da la paz. ¡Qué grande es la necesidad de misericordia en el mundo!". La muerte impidió a este gran Papa que difundiera esas palabras. Pero su mensaje no ha perdido nada de su validez ni de su actualidad".
"El mensaje de Juan Pablo II y de Faustyna Kowalska no es un principio abstracto, sino que tiene un nombre y un rostro: Jesús. (…) "Mirar a Cristo": esa es la herencia de Juan Pablo II, ese fue el lema de la visita de Benedicto XVI a Austria y será también el núcleo del Congreso Mundial de la Misericordia".
OP/CONGRESO MISERICORDIA/SCHONBORN VIS 20080131 (460)
Han intervenido en el acto el cardenal Christoph Schönborn, O.P., arzobispo de Viena (Austria) y presidente del Congreso, el padre Patrice Chocholski, coordinador general y monseñor Mauro Parmeggiani, secretario general del Vicariato de Roma.
El cardenal afirmó que era una buena señal que el primer congreso mundial sobre la Misericordia se abriera el 2 de abril, tercer aniversario de la muerte de Juan Pablo II, ya que "el gran e inolvidable Papa se sintió fascinado ya desde la juventud por el secreto de la misericordia divina" y "en 2002, en Cracovia-Lagiewniki, durante la inauguración del santuario de la Divina Misericordia, afirmó: "Excepto la misericordia de Dios no hay ninguna otra fuente de esperanza para los seres humanos".
Por eso, "también el congreso de Roma -agregó el purpurado- tendrá que mostrar claramente que la misericordia es el núcleo central del mensaje cristiano. Este mensaje promueve la paz en el mundo, entre los pueblos y las religiones. Ayuda a descubrir el verdadero rostro de Dios, además del verdadero rostro del ser humano y de la Iglesia".
"Muchos creyentes consideran un signo especial que Juan Pablo II muriera la víspera del domingo de la Misericordia, festividad que él mismo instituyó durante el año santo 2000 (...) y que está también estrechamente ligada con la figura de Faustyna Kowalska, que Juan Pablo II proclamó santa el 30 de abril de ese año".
El arzobispo de Viena recordó que durante los años de vida de la santa (1905-1938) el mensaje de la misericordia divina fue "una ayuda especial y una fuente inagotable de esperanza (...) para todo el pueblo polaco. Ese mensaje es hoy más necesario que nunca, como lo confirman las noticias de cada día".
"En 2004, Juan Pablo II lanzó un llamamiento a toda la Iglesia para que fuera "testigo de la misericordia" -señaló el purpurado- (...) y el 3 de abril de 2005, durante la oración del Regina Coeli, quiso decir : "El amor cambia los corazones y da la paz. ¡Qué grande es la necesidad de misericordia en el mundo!". La muerte impidió a este gran Papa que difundiera esas palabras. Pero su mensaje no ha perdido nada de su validez ni de su actualidad".
"El mensaje de Juan Pablo II y de Faustyna Kowalska no es un principio abstracto, sino que tiene un nombre y un rostro: Jesús. (…) "Mirar a Cristo": esa es la herencia de Juan Pablo II, ese fue el lema de la visita de Benedicto XVI a Austria y será también el núcleo del Congreso Mundial de la Misericordia".
OP/CONGRESO MISERICORDIA/SCHONBORN VIS 20080131 (460)
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